Tuxtla Gutiérrez.— Un grupo de migrantes que exige permisos de libre tránsito en México se encuentra desde hace 10 días afuera de la sede del Instituto Nacional de Migración (INM) El Cupapé, en la capital chiapaneca.
Los extranjeros, la mayoría de Venezuela, seguidos de hondureños, salvadoreños, cubanos, nicaragüenses y colombianos, denunciaron mentiras, corrupción y morosidad, así como negligencia por parte de las autoridades migratorias mexicanas.
Indicaron que desde el 5 de mayo, cuando huyeron del centro de aseguramiento en Chiapa de Corzo, empezaron un plantón y jornadas de protestas pacíficas en el INM.
En la manifestación inicial estuvieron unos 400 migrantes, quienes bloquearon por varios días consecutivos, y durante algunas horas, un tramo del libramiento norte, en el sector oriente de Tuxtla Gutiérrez.
Otros se colocaron a la entrada del edificio del INM y no permitieron la salida de empleados.
Algunos más se cosieron los labios y ante el compromiso institucional de acelerar los trámites por etapas y con determinado número de personas, de acuerdo con la documentación presentada por los solicitantes, desistieron del bloqueo carretero.
De los casi 400 extranjeros que llegaron al principio, quedaban ayer unos 180 que demandan documentación, unos 92 la consiguieron, aproximadamente 100 continuaron al norte del país sin los permisos, indicó un venezolano que participó en la protesta.
Otro migrante de esa nación aseveró que la única petición al gobierno mexicano es que les entreguen la visa humanitaria para seguir hacia Estados Unidos.
“En México vamos en tránsito, no hay sentido que sigan demorándonos”, dijo.
“Nos han estado mintiendo desde el principio, si nos dijeron que en tal fecha nos darían la visa, ¿por qué no nos la dan?”, interrogó el hombre.
En tanto, instalaron un campamento con cartón y plástico afuera de las bardas de Migración. Esperan que este lunes, acelere el trámite de sus documentos. Advirtieron que ante cualquier señal de rechazo, demora o negligencia, volverán a los bloqueos del libramiento norte, que enlaza a Tuxtla Gutiérrez con el aeropuerto Ángel Albino Corzo y la carretera a San Cristóbal de las Casas, las regiones Altos, Norte y Frontera y Tabasco.
La historia de Eluz
Entre los migrantes en espera de sus papeles se encuentra Eluz Maraguacare, venezolana de 35 años, quien atravesó seis países en silla de ruedas para llegar a México. Lo hizo acompañada de su esposo, José Andrade, de 42 años, y su hijo Jesús, de 17.
Relata que el 2 de noviembre del año pasado se lesionó la pierna izquierda cuando atravesaba la selva del Darién, en Panamá.
“Sufrí una caída, tres metros hacia abajo, me partí parte del tobillo en cuatro pedazos, tengo fractura en el peroné; mi esposo y otros paisanos construyeron una barca y me sacaron por el río hacia un lugar seguro.
“Ahí esperé 12 días para que llegara la ayuda de un helicóptero panameño que me rescató y llevó a un hospital, donde estuve tres meses hospitalizada”, cuenta.
Eluz explica que los doctores le realizaron una reducción de fractura, pero no la operaron, por lo que sigue el viaje en silla de ruedas. La educadora refiere que dejó su país porque ganaba “tres dólares mensuales, que no alcanzaban para nada”.
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