Acayucan.— Gabriela intenta mitigar el calor de su bebé de dos meses, mientras su hermano y su marido instalan un campamento en el parque central de Acayucan, Veracruz. Ella y su familia llegaron agotados después de caminar 627 kilómetros en 29 días. Aun con las fuerzas mermadas, los hondureños tienen la esperanza de llegar a la Ciudad de México en un par de días y de allí seguir por su cuenta hasta Mexicali, donde, aseguran, los esperan con casa, comida y trabajo.
Para la familia de Gabriela Arcona, originaria de Honduras, la ruta que tomó la caravana es la más larga y difícil de caminar. De acuerdo con su experiencia, en viajes previos a México, les ha tomado 15 días llegar a la capital del país, sorteando las casetas y retenes del Instituto Nacional de Migración (INM).
“Ahora sí venimos para quedarnos y hacer vida en el norte de México, no queremos pasar [a Estados Unidos], sólo quedarnos donde el trabajo es seguro, en nuestro caso, Mexicali”, comentó Arturo después de instalar el campamento.
En un extremo del parque, Cecilio Corea, también hondureño, y de 82 años, se refresca debajo de los árboles sentado en su desgastada silla de ruedas, sobre ella recorrió Chiapas, Oaxaca y ahora Veracruz, empujado por varios jóvenes que lo ayudaron. Este músico lamenta que varios de sus amigos hayan desertado.
“Gracias a Dios tuve ayuda para llegar hasta acá. Lo logré, sin dinero y sin ropa, voy sobreviviendo al amparo de Dios, de la buena voluntad del prójimo y de los mismos compañeros migrantes que empujan mi silla o que me dan un taco.
“Falta mucho por avanzar, porque quiero llegar a Estados Unidos, donde me espera el trabajo, no me desanima venir arrastrándome en una silla de ruedas, porque llegaré a mi destino si no me aparto de la caravana”, dijo el músico.
La caravana de migrantes que salió el pasado 23 de octubre de Tapachula, Chiapas, llegó el sábado por la mañana a Acayucan, con la intención de descansar por varios días, hasta reorganizarse, para luego avanzar hacia la capital del país. Sin embargo, cambiaron de planes y saldrán la mañana lunes hacia la autopista Acayucan-Las Tinajas, buscando abordar tractocamiones y avanzar lo más pronto posible en su trayecto. Para lograrlo tendrán que atravesar un retén de la Guardia Nacional (GN).
Durante los 29 días que llevan de camino han desertado alrededor de 80% de los integrantes, muchos de los cuales han aceptado la visa humanitaria ofrecida por el INM; de 3 mil 500 que partieron, sólo 500 continúan.
En una postura emitida el domingo por Héctor Martínez Castuera, director General de la Coordinación de Oficinas de Representación del INM, afirmó que son mil 547 personas que integraban la caravana, quienes han recibido su tarjeta de visa humanitaria y su CURP, lo que las habilita para conseguir un empleo en territorio nacional.
Además, señaló que la intención del gobierno federal, a través del INM, es regularizar a todas las mujeres embarazadas, menores, personas en estado vulnerable, discapacitados y adultos mayores con sus respectivos núcleos familiares.
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