Juchitán de Zaragoza.— Unos 800 migrantes que conformaban la caravana de 2 mil personas que atraviesa el territorio oaxaqueño desertaron y aceptaron las tarjetas de visitante por razones humanitarias y, en algunos casos, de residente permanente que otorgó el Instituto Nacional de Migración (INM).
Los migrantes comenzaron a abandonar la caravana después de pisar territorio oaxaqueño, cansados por las largas caminatas de hasta 20 kilómetros por día, lo que mermó la salud de los integrantes más vulnerables, como niñas, niños, adolescentes y mujeres embarazadas.
Anteriormente, el contingente descansó en el atrio de la iglesia, en las jardineras del parque y los corredores del Palacio Municipal de Santo Domingo Zanatepec, el primer municipio oaxaqueño que recibe abiertamente a la caravana migrante.
Fueron personas originarias de países de Centroamérica, el Caribe y Sudamérica las que recibieron asilo humanitario en esta población zoque.
Algunos de ellos, como Nidia Ávilda y su esposo, originarios de Honduras, se sienten enfermos. Ella comenta que tiene fiebre, pero confía en que el paracetamol que le regalaron en el DIF estatal les ayudará.
Sus tres hijos tuvieron los mismos síntomas y los superaron; Nidia achaca los problemas a las largas caminatas, la insolación y los baños con agua fría; por ello, ya caminan de noche.
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