Ciudad Juárez.— El miedo paralizó a Ciudad Juárez. Las calles de esta ciudad fronteriza lucieron desiertas como nunca, un día después de los ataques perpetrados por el crimen organizado.

La violencia logró lo que la pandemia del Covid-19 no había hecho: cambió la cotidianidad y tener a la mayoría de la población en sus casas, pues los restaurantes cerraron sus puertas, las clases en las universidades se suspendieron, los negocios de diversos giros y hasta las empresas maquiladoras se unieron al llamado de no abrir sus puertas este viernes para proteger a los ciudadanos.

Las pocas personas que, por necesidad, tenían que salir a trabajar o realizar alguna compra, se les veía nerviosas, caminando rápido, volteando a todos lados para ver quién se acercaba o pasaba; estaban alerta.

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Lo mismo pasaba con las autoridades que patrullaban las calles y con los pocos comerciantes que abrieron sus negocios.

En un recorrido realizado por EL UNIVERSAL, se pudo constatar que desde la mañana hubo poca actividad en las calles de Juárez y fue hasta el mediodía que comenzaron a salir pocos ciudadanos con el temor de que algo pudiera pasar nuevamente.

“Yo sí abrí. Es de lo que vivimos y cerramos como a la una o dos de la tarde. Nos da temor porque todo está cerrado alrededor y nos dicen que para qué abrimos, pero nos ha ido bien, han llegado a comprar aquí porque todo está cerrado”, asegura María de Jesús, de 58 años, quien tiene un puesto de gorditas en la colonia Campestre Virreyes, y fue de los únicos negocios en la zona que abrió sus puertas.

Los curiosos

Alrededor de los lugares donde ocurrieron los hechos violentos del jueves, algunos vecinos se acercaron por curiosidad para ver qué pasaba, pero sólo lo hacían de lejos. Por ejemplo, en el Oxxo ubicado en la calle Hiedra y Cártamo, donde dos mujeres murieron, algunas personas pusieron veladoras.

“Yo vivo a la vuelta de este Oxxo y es muy difícil todo esto. Ya ahorita no sabe uno ni qué hacer, a donde quiera que va uno está en riesgo, porque no sabes qué va a pasar. Los de las pizzerías estaban haciendo su trabajo y los mataron a todos”, lamenta don Jaime, quien acudió al Oxxo para ver cómo había quedado.

El hombre de 64 años reclamó a las autoridades en Ciudad Juárez su actuar y asegura que están rebasados por los grupos criminales que operan en la zona.

“Las autoridades sólo se disculpan y dicen que andan coordinados, pero ¿coordinados en qué?, si los tienen rebasados los malandros. Es lógico que tengamos miedo de que nos vaya a suceder algo”, explica.

Y como muestra de lo que dice don Jaime está que, a pesar de que el jueves murieron dos personas dentro de ese Oxxo, este viernes no existía seguridad ni algún tipo de vigilancia en la zona, por lo que varios comercios cercanos estuvieron cerrados.

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En diferentes zonas

En la zona sur-oriente también bajó la actividad de comercios abiertos y de personas en las calles, además de que fueron menos las unidades de transporte público las que salieron a las calles.

En la llamada “zona dorada” y áreas cercanas a donde fueron asesinados los cuatro empleados de Mega Radio, únicamente estaban operando los supermercados y algunos Oxxo y tiendas de conveniencia, pero los pequeños restaurantes, en su mayoría, estaban cerrados.

Para la zona centro y poniente de Juárez el panorama era similar: negocios cerrados, restaurantes vendiendo sólo para llevar y algunas tiendas de conveniencia atendiendo por las ventanillas.

Antes de las 15:00 horas, los supermercados abiertos comenzaron a verse abarrotados de personas que acudieron por despensas y lo necesario para pasar el fin de semana en casa.

“Venimos al súper porque nos faltaban cosas en casa, y como está la crisis de seguridad, mejor venir hoy que se ve más calmado que mañana que quién sabe que pueda pasar”, menciona Rocío, quien aprovechó la tarde al ver que había gente para acudir a la tienda Soriana.

De acuerdo con la cúpula empresarial, 20% de los comercios en plazas comerciales estuvieron cerrados y fueron más de 60 restaurantes los que no abrieron sus puertas.

Por la tarde noche, la tranquilidad regresaba poco a poco a la frontera, sin que se reportaran nuevos ataques violentos.

La zozobra que impera ocasionó que hasta se suspendiera el partido de futbol de la Liga MX, del equipo local contra los Tuzos del Pachuca, como medida de seguridad. El miedo no se ve, pero está en el ambiente en Ciudad Juárez.

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