Guadalajara.— El fin de semana pasado en la Clínica 110 del IMSS murió el primer jalisciense infectado por el Covid-19; el lunes y el martes enfermeras denunciaron —con pequeñas manifestaciones— falta de equipo indispensable para tratar estos casos, pero hoy nadie quiere hablar al respecto.

En la puerta una manta anuncia las medidas de prevención contra el virus; una enfermera y dos guardias restringen la entrada y aplican gel antibacterial a quien pasa, pero aseguran que ahí nadie se ha quejado por falta de insumos.

En la explanada decenas de personas esperan bajo la poca sombra que proyecta el edificio, la mayoría usa cubrebocas, pero muchos no lo portan porque están agotados en prácticamente toda la ciudad. Por la puerta principal sale un médico que se presenta ante la multitud como el director del hospital y trata de dispersar la aglomeración.

“Por favor, soy el director del hospital, hay que separarse, no se sienten tan juntos, al menos un metro y medio entre unos y otros, es la sana distancia”, dice mientras extiende los brazos para indicar cuán separados deben estar quienes ahí esperan.

Pero cuando se le pregunta sobre las manifestaciones de las enfermeras y si se les dio respuesta, se molesta: “Necesitamos distancia, no manifestaciones”, responde mientras camina hacia el interior del hospital.

La insistencia en la pregunta le hace acelerar el paso: “De eso no voy a hablar”, reitera antes de desaparecer por la puerta y negarse a pronunciar su nombre.

La escena se repite con varias de las personas que laboran en el lugar, prefieren seguir su camino sin responder. En uno de los negocios de comida que están a las afueras de la clínica, un grupo de médicos residentes toma un descanso y sabe lo que ha ocurrido; uno opina que el miedo es normal.

“Hay algunas carencias, pero también es normal asustarse ante una situación así cuando alguien muere, y todos queremos estar lo más protegidos posible”, indica.

Mediante un comunicado, el IMSS informó que se entregará todo el equipo necesario para enfrentar la pandemia, y aclaró que las batas desechables, los crubrebocas, las mascarillas N95 y los lentes protectores sólo serán para las áreas en las que se tratará a los enfermos con problemas respiratorios graves.

Oficialmente, hasta hoy en Jalisco sólo hay dos decesos, y uno ocurrió en esta clínica, pero el temor engendra el rumor y entre los comerciantes y lavacoches de los alrededores corre otra versión con distintas variantes: “Se manifestaron porque ya van dos muertos —aquí— y una de las enfermeras se contagió”.

Mientras el rumor se esparce, inmune a cualquier medida sanitaria, empleados del ayuntamiento enfundados en trajes blancos recorren el perímetro de la clínica rociando un compuesto con base en cloro para tratar de contener la propagación del virus.

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