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Chilapa

Son las as 8:00 de la mañana y a la primaria Miguel Hidalgo, en el centro de Chilapa, Guerrero, sólo llegaron 12 niños. Son los únicos que atendieron el regreso a clases que anunció la Secretaría de Educación estatal (SEG), luego de que por dos meses 673 escuelas permanecieron cerradas en la región de la Montaña Baja, por amenazas de supuestos criminales.

Los estudiantes estuvieron unos minutos en los colegios y después sus profesores los regresaron.

La SEG emitió el viernes una circular en la que ordenaba a los jefes de sector, supervisores y directores de escuelas de nivel básico de Chilapa, Zitlala, Ahuacuotzingo, Atlixtac y José Joaquín Herrera, convocar a los profesores para reanudar las clases. “Las condiciones están dadas para el regreso”, dijo.

Pero al llamado acudieron muy pocos alumnos. En Chilapa, de las 70 escuelas de la cabecera municipal, sólo en tres tuvieron clases, dos primarias públicas y una privada.

La primaria Justo Sierra y la Dominga Sánchez, ambas públicas, estuvieron vigiladas por elementos del Ejército.

En ambas primarias, el regreso fue a medias. Por ejemplo, en la Dominga Sánchez sólo llegaron 112 niños de los 551 que hay inscritos, apenas 20% de la matrícula. En el restos no hubo clases, pero algunas estuvieron abiertas.

En el jardín de niños Amado Rodríguez los profesores y trabajadores realizaron labores de limpieza. Ellos planean que los niños reanuden actividades hoy. Escuelas con matrículas superiores a 500 estudiantes, como la secundaria Benito Juárez o la José de San Martín, se mantuvieron cerradas, igual que la preparatoria 26 de la Universidad Autónoma de Guerrero (UAGro).

En la calle, la vigilancia de soldados y policías fue visible ayer por la mañana. Las recorrían caminando o en patrullas y donde encontraban una escuela abierta, se quedaban tres para resguardarlas.

Para un profesor, quien pidió el anonimato, las condiciones para el regreso a clases no están dadas como dice la SEG. Afirma que los asesinatos, las desapariciones y las balaceras continúan siendo una constante en las calles de Chilapa.

Explicó que acordaron primero reanudar labores en las cabeceras de los cinco municipios y después en las escuelas de la zona rural donde la situación es más complicada. “A ellos los pueden atacar y nos vamos enterar mucho después, nosotros por lo menos estamos en el centro”, dijo.

A las 7:00 de la mañana de ayer se reportó el hallazgo del cuerpo sin vida de una adolescente de 13 años, quien estaba reportada como desaparecida, sobre un camino que conduce a Acazacatla.

Desde el 19 de septiembre en los cinco municipios que integran la región de la Montaña Baja —59 mil 649 niños de preescolar, primaria y secundaria y 3 mil 742 profesores, administrativos y personal de apoyo— dejaron de ir a las escuelas. Con el terremoto, la SEG anunció que las clases se reanudarían hasta que los planteles fueran evaluados. Tres días después circularon mensajes de amenazas presuntamente de grupos delictivos que se disputan la región: Los Rojos y Los Ardillos.

Les advertían que no los querían ver en las escuelas si no las profesoras serían violadas y los maestros asesinados. La SEG formalizó en cinco ocasiones la suspensión, sin reconocer que es por la violencia.

En los últimos tres años, Los Rojos y Los Ardillos han construido uno de los episodios más sangrientos de Guerrero, con asesinatos, incinerados, decapitados, desaparecidos y desplazamientos forzados.

Algunos profesores han utilizado las redes sociales (Facebook y Twitter) o el WhatsApp para dejar tareas a los alumnos.

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