Oaxaca.— “¡Me lo mataron, pero no me voy a dejar caer! ¡Pero quiero que todos se levanten y no se dejen, porque si esto me hicieron a mí con mi hijo, se lo pueden hacer a cualquiera! ¿Por qué se meten con los niños? ¡Mi hijo acababa de cumplir 16 años!”, grita hasta el desgarro una mujer entre la oscuridad de la noche.
Así, con los reclamos de una madre por su hijo muerto, que quedaron capturados en un video que se ha reproducido miles de veces en redes sociales, se dio a conocer el asesinato de Alexander G., un estudiante y futbolista de 16 años que la noche del martes fue asesinado a balazos por los policías municipales de Acatlán de Pérez Figueroa que tripulaban la patrulla 023.
A Alexander lo mataron en la localidad de Vicente Camalote, en este municipio de la región de la Cuenca del Papaloapan, cuando iba a la tienda con otros jóvenes a comprar unos refrescos. Según la denuncia de la madre del joven, los agentes lo confundieron con un delincuente y, al pensar que llevaba un arma de fuego, le dispararon.
“No puede ser, una patrulla se le fue encima pensando que él iba con un arma. Mi hijo no usa armas. Iba a la gasolinería por un refresco. Sólo los estaba esperando para comer una pizza. Ellos no son unos delincuentes, son unos niños. Cómo voy a creer que se confundan”, lamenta la mujer en la grabación.
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Alexander, quien tenía la nacionalidad estadounidense, era estudiante y deportista, y pertenecía a un equipo de futbol en Veracruz. “Mi hijo no era malo, mi hijo no fumaba, no tomaba, mi hijo tenía un sueño. Esos hijos de su puta madre se lo han truncado”, llora la mujer en el video.
Se trata del cuarto caso de brutalidad policial que se da a conocer en la última semana en el país y que provoca la muerte de personas. En marzo pasado, Yair López murió durante un arresto en Tijuana, Baja California. El agente que lo detuvo le presionó el cuello con la bota y lo mató.
El 2 de mayo, en Xalapa, Veracruz, Carlos Andrés Navarro falleció en los separos del llamado Cuartel de San José de la Secretaría de Seguridad Pública estatal.
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El 4 de mayo, Giovanni López murió bajo la custodia de la policía de Ixtlahuacán, en Jalisco. Todos los casos trascendieron en la última semana generando protestas.
Luego de la denuncia, el ayuntamiento de Acatlán de Pérez Figueroa informó que un integrante de la policía municipal fue puesto a disposición de las autoridades para que responda por el crimen.
El ayuntamiento expuso que el asesinato “no fue un hecho de mala fe” ni se cometió “pensando en dañar a la comunidad”. “Con profunda tristeza lamentamos los hechos ocurridos la noche de ayer, ya que en todo momento la misión de la corporación es preservar la paz, la tranquilidad y el Estado de derecho”, señaló.
La autoridad municipal aseguró que el agente señalado como responsable fue puesto a disposición de la fiscalía estatal, mediante “un informe policial homologado”, para que el oficial sea investigado.
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Posteriormente, la fiscalía informó que inició una carpeta de investigación por el homicidio del joven y prometió que llevará a cabo una exhaustiva investigación del caso.
Mientras que la Defensoría de los Derechos Humanos del Pueblo de Oaxaca (DDHPO) inició un expediente de oficio por probables violaciones a los derechos humanos y pidió que se adopten medidas de atención física y sicológica a los familiares, además de garantizarles el acceso a la justicia.
Sólo durante 2019, la Defensoría recibió mil 344 quejas contra autoridades municipales, de las cuales 256 (19%) estuvieron ligadas con violaciones a los derechos humanos cometidas por mandos y elementos de policías municipales. En lo que va de 2020, ha recibido 120 quejas contra agentes locales, entre las cuales están dos decesos en el interior de los centros de detención municipal de El Espinal y Matías Romero.
Tras el asesinato del joven, en las redes sociales ha iniciado un movimiento bajo el hashtag #JusticiaParaAlexander, pues su muerte ha provocado indignación entre la población oaxaqueña.