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Torreón.—“Mi hijo me decía que traía la vista cortada”, relató Julián Rodríguez, padre de uno de los cinco jóvenes que se intoxicaron por beber alcohol industrial en un ejido lejano del municipio de Parras de la Fuente, Coahuila, hace un par de semanas.
Julián se hallaba a las afueras del Hospital General de Torreón, donde su hijo y otro amigo fueron trasladados después de que se intoxicaran. Otros dos amigos fueron trasladados a Saltillo y uno más falleció.
“Va despacio la recuperación. Nos dicen que tiene que echar unas flemas para que la respiración sea normal. Al parecer ya está fuera de peligro”, contó Julián, padre del joven de 17 años.
Relató que su hijo actualmente está con unas mascarillas de oxígeno que le ayudan a respirar, pero ya no está intubado.
Aseguró que lo ve mejor, pero que sigue desubicado: “Le falta recuperación. Sí me ve y sí entiende lo que le digo, pero necesita agarrar su respiración normal”, comentó.
Según el padre, su hijo y sus amigos bebieron el alcohol el sábado 23 de mayo por la noche y el domingo 24 su hijo no sentía nada, pero fue hasta el lunes que despertó y empezó a sentir que la vista se le cortó.
El padre, que se dedica al corte de la candelilla y la talla de la lechuguilla, aseguró que su hijo estudia la prepa. A veces, se iba con él al monte a trabajar y, en ocasiones, bebía cerveza: “Pero no es lo mismo alcohol limpio”, señaló.
Julián llegó al Hospital General de Torreón, a donde trasladaron a su hijo desde Parras de la Fuente y él llegó a la una de la mañana del martes 26 del mes pasado. A las cinco de la mañana, su hijo comenzó a agravarse y presentar convulsiones. Además, traía la respiración agitada, por lo que fue ingresado a terapia intensiva.
Hasta el momento, el padre aseguró que desconoce dónde obtuvieron el alcohol adulterado: “A lo mejor, se los llevaron de Parras”, especuló.
Julián y su familia (hermano y cuñada) dormían a las afueras del hospital, pero hace unos días, una señora que lo conocía fue a buscarlo para ofrecerles su casa y un descanso, en el centro de Torreón. Están afuera del hospital prácticamente 12 horas, de nueve de la mañana a nueve de la noche.
Julián añadió que algunas personas que se han enterado de la noticia les han llevado comida, pues no tiene forma de hacerse de recursos mientras espera por su hijo.
Otro amigo, que también fue trasladado al Hospital General de Torreón, Ernesto, de 16 años, fue dado de alta el martes 26 de mayo. Su madre, Raquel Ponce, contó que su hijo salió bien de los análisis porque, según le explicó el médico, había procesado bien el alcohol adulterado y que no tendría ninguna secuela.
“Salió muy rápido por su metabolismo. Lo checaron bien, ya estamos echándole. Desde que estaba en el rancho dice que la vista nunca se le acabó, que no sentía nada”, comentó hace un par de semanas.
Hasta el momento, el estado de Coahuila suma 19 personas intoxicadas por consumir alcohol adulterado. Asimismo, se registran cuatro fallecimientos.