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Cancún.- La Conferencia Internacional del Sargazo , realizada en la Isla Guadalupe, en las Antillas menores, cerró con 12 acuerdos signados por países del Caribe y México, entre ellos, la conformación de un Programa de Cooperación Caribeña para el manejo de las macroalgas que han invadido masiva e inéditamente las playas de la región.
Dicho programa será financiado por la Cooperación Territorial Europea INTERREG y dirigido por la Región francesa de Guadalupe.
Además del gobierno francés, la cooperación INTERREG comprende la colectividad territorial de Martinica, San Bartolomé, San Martin, la Asociación de Estados del Caribe, la Organización de Estados del Caribe Oriental, la Agencia Medioambiental y Control de la Energía, la Agencia Francesa de Desarrollo y la agencia Francesa de Biodiversidad, cuyos representantes coincidieron en que el manejo adecuado del sargazo constituye para ellos “una cuestión de sobrevivencia”.
En la docena de objetivos signados por los más de 20 países participantes -que van desde el intercambio de buenas prácticas para evitar descargas que contaminen ríos y mares, sistemas de detección temprana y monitoreo, valorización del sargazo, investigación, adecuación del marco legal, entre otras- quedó excluida la solicitud del gobierno mexicano para que el bloque de países afectados en la región Caribe, exhortase a la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y a la Organización Mundial de la Salud (OMS), a definir qué es el sargazo, sus impactos y si puede o no ser industrializado.
El evento, que se efectuó del 24 al 26 de octubre pasado en la Isla Guadalupe, territorio francés de Ultramar, fue una continuación del Encuentro de Alto Nivel, celebrado en Cancún, que reunió en junio a científicos, académicos, organizaciones civiles, empresarios de la industria turística y ministros de más de una decena de países, con excepción de representantes del gobierno federal.
En esta ocasión, en Isla Guadalupe, territorio francés en las Antillas del Caribe, los anfitriones fueron el primer ministro, Edouard Philippe, el presidente y la vicepresidenta de la Región, Ary Chalus y Marie-Luce Penchard.
Por México acudió una delegación del gobierno de Quintana Roo, integrada por funcionarios estatales, científicos y académicos; y por el gobierno federal, estuvo Gonzalo Fabián Medina, en representación del canciller Marcelo Ebrard Casaubón.
El Jefe de la Oficina de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) pronunció un duro discurso en torno a las causas humanas que originan la problemática, con énfasis en la responsabilidad de las industrias en la contaminación del mar, como causa fundamental de la proliferación de macroalgas que, de no frenarse, harán imposible su solución.
“Una noticia mala es que el sargazo llegó para quedarse, no es una moda. Quien crea que el sargazo se va a acabar, no sabe lo que está diciendo, pero peor aún, de seguir los vertimentos de toda la industria en todos los océanos del planeta, lejos de que el sargazo disminuya, va a aumentar.
“No podemos apelar a que los fenómenos meteorológicos disipen las cantidades de sargazo, mientras nosotros, por otro lado, con toda la industria, vertimos nutrientes para que el sargazo se produzca de manera acelerada”, afirmó, al señalar que “no hay dinero que alcance” para hacer frente al fenómeno.
Medina Hernández propuso, en nombre del gobierno mexicano, que en la Declaración de Guadalupe se emplazara, respetuosamente, a la OPS y a la OMS, a definir qué es el sargazo, sus impactos en la salud humana y si puede ser reutilizado.
“Me permito emplazar hoy, con todo respeto” -enunció en su discurso el 26 de octubre- “para que en la Declaración de Guadalupe se emplace a la Organización Panamericana de Salud, a la Organización Mundial de la Salud, para que definan qué es el sargazo, para qué sirve y qué utilidades puede tener en beneficio de los 26 ó 27 países que nos congregamos aquí”.
El funcionario mexicano habló de que el bloque de 27 países podría fijar un plazo perentorio, para que ambos organismos se pronunciaran en torno a las características científicas del sargazo y sus impactos en la salud.
“El gobierno de México quiere incluir en la Declaración de Guadalupe para que en un término perentorio, la OPS y la OMS, se pronuncien respecto de un tema que afecta a millones de personas (…)
“Tenemos que urgir a la comunidad científica de todo el mundo y específicamente de nuestra región -contamos con muy buenos científicos, científicos de talla mundial en México y en la cuenca del Gran Caribe- para que de manera conclusiva digamos exactamente qué es el sargazo; tenemos que atrevernos a decir, a hacer una hoja de ruta, qué es, para qué sirve, es invasivo para la salud, daña la salud humana o no lo daña; no hemos hecho eso, no hemos sido capaces”, insistió.
La propuesta no fue incluida totalmente en los 12 acuerdos, en cuanto a la intervención de los organismos internacionales, pero se optó por refrendar la necesidad de financiar la investigación, para estudiar los efectos de las macroalgas sobre la población “y continuará movilizando recursos principalmente científicos y técnicos para dar respuesta a dicho problema”, se lee en el texto de los acuerdos.
Asimismo se incluye el compromiso de promover la valorización comercial y científica del aprovechamiento del sargazo, ajustándose a los cánones internacionales adquiridos a favor de un desarrollo sostenible, solidario y responsable y de conformidad a los principios y las normas de la Organización Mundial del Comercio (OMC).
Además, quien coordine el Programa Regional del Caribe en la Lucha contra el Sargazo, deberá establecer una hoja de ruta o un plan de acción, que contemple cinco rubros; modelización, monitoreo de la información, la logística marítima, logística terrestre de aprovechamiento y eliminación o remoción apropiada.
El gobierno de Quintana Roo anunció su adhesión a Programa de Cooperación Caribeña, que busca constituir una alianza para reforzar la capacidad de respuesta de los países y los territorios del Caribe, a través del intercambio de buenas prácticas, ante el aumento poblacional del sargazo, que ha tenido un impacto potencialmente negativo en los ecosistemas costeros, el turismo y la actividad económico de los centros vacacionales afectados.
Los países encargados de coordinar el proyecto de cooperación deberán contemplar la convocatoria de financiadores, de aquí al 2020, para ejecutar soluciones duraderas que se adapten a las necesidades de los pequeños Estados Insulares del Caribe y hacer frente al reparto de equipamiento derivado de la recolecta y el aprovechamiento de las algas varadas.
Otros acuerdos entre países, consisten en apoyar la investigación científica así como el desarrollo tecnológico y la innovación; identificar oportunidades comerciales consideradas viables y promover la inversión; desarrollar un mecanismo que permita reportar con inmediatez situaciones que exijan apoyo, mejorando la información y detección de la llegada de algas en toda la región.
“Como parte de los 12 acuerdos y respetando los principios y las normas de la Organización Mundial del Comercio, los Estados y las autoridades locales deberán favorecer acorde a sus competencias la valorización comercial y científica del aprovechamiento del sargazo que se ajusten a los compromisos internacionales adquiridos a favor de un desarrollo sostenible, solidario y responsable”, se lee en el texto final.
Se incluyó la creación de una plataforma para recopilar datos de las condiciones científicas y técnicas sobre el sargazo, de acceso público; gestionar un centro de alerta que se encargue de la detección y vigilancia de la calidad del ambiente en la cuenca del Caribe y el retiro de las macroalgas varadas en la costa, conforme a las mejores prácticas hasta su disposición final.
afcl