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Matías Romero.— Unos 250 migrantes centroamericanos, de los mil 200 que permanecían varados desde el pasado sábado en el Centro Deportivo Ferrocarrilero Víctor F. Morales, emprendieron su viaje a bordo de autobuses a Puebla y a la Ciudad de México.
El grupo de guatemaltecos, salvadoreños, nicaragüenses y hondureños forman parte la Caravana 2018 Viacrucis Migrante en Lucha que inició el 25 de marzo en Tapachula, Chiapas, con destino a la frontera norte, con el objetivo de exponer las problemáticas que en México y en sus países de origen viven las personas migrantes y refugiadas.
El cambio de planes se debe a que el gobierno mexicano, a través del Instituto Nacional de Migración (INM), entregó más de 600 permisos, que permiten a los centroamericanos transitar libremente por el territorio nacional hasta por 30 días. En el centro deportivo continúan al menos 400 mujeres y 300 niños, quienes buscarán abordar los autobuses del servicio público en Matías Romero, a partir de este jueves.
Otros esperan dinero de sus familiares que están en sus países de origen o en Estados Unidos, para comprar los pasajes en el sistema más económico que ofertan las líneas Fletes y Pasajes y Sur, cuyo costo a Puebla es de 350 pesos y a la Ciudad de México es de 450 pesos.
Otras mujeres e integrantes de los grupos vulnerables (embarazadas, expulsados por violencia, madres con hijos que viajan solos y discapacitados) partirán con la caravana hacia Puebla, donde abogados les darán talleres de derechos humanos y los procesos de refugio.
Irineo Mujica, coordinador de la caravana, explicó: “Debido a la logística era necesario la reducción del número de participantes y esa fue la función de los permisos que el gobierno mexicano otorgó. Una vez reducida la cantidad de personas en la caravana se tiene planeado la partida a más tardar el viernes”.
De acuerdo con el integrante de la organización Pueblos Sin Fronteras, el compromiso de las autoridades mexicanas es la entrega de mil 200 oficios con vigencia de 20 a 30 días hábiles, dependiendo de la calidad en que se catalogue a los solicitantes. Los documentos que se entregaron son de dos tipos; oficio de salida, con duración de 20 días, que permite al migrante circular por el país sin ser detenido y salir por cualquiera de sus fronteras. El otro también permite transitar libremente por México, pero hasta por 30 días y el portador puede solicitar la visa por razones humanitarias, en este caso se les otorga a los grupos vulnerables.
La caravana partió el 25 de marzo de las fronteras entre México y Guatemala, llegó a Oaxaca el Jueves Santo y recorrió las poblaciones de Tapanatepec, Niltepec, Ixtepec y Matías Romero.
Con permiso se van en autobús. Entre las mujeres que siguen en el albergue está Sofía Jamilet Gómez, de 37 años, hondureña y madre de Cristian, de 10 años, y José, de seis.
Sofía —quien pertenece al grupo vulnerable— recibió un permiso de movilidad por 30 días con derecho a la regularización de su situación migratoria, tiene la posibilidad de obtener una visa para residir y trabajar en México por un año.
Su objetivo es llegar a Tijuana, donde un amigo la colocará en un trabajo para mantener a sus hijos. Platica que huye de la pobreza de su país con la esperanza de mejorar su condición de vida. El problema para Sofía es avanzar por su propia cuenta hasta Tijuana, no trae el suficiente dinero, así que espera ser beneficiada en la caravana.
“Tengo el permiso, pero no tengo dinero para avanzar mucho, así que espero ser considerada en la caravana, en caso contrario me voy hasta México en camión, pero ya tenemos que movernos de aquí”, explica mientras arma su campamento con sábanas debajo de los juegos infantiles.