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estados@universal.com.mx
Claudia Juárez Gómez forma parte de la Policía Municipal de Tlapa. Se desempeña en uno de los lugares más hostiles de México, la Montaña de Guerrero, donde la pobreza, la marginación y el machismo están enraizados.
El domingo 22 de octubre su nombre apareció en la esfera pública y lo hizo de la peor manera: como violadora de otra mujer, según la activista y defensora de los derechos humanos Yndira Sandoval Sánchez.
La opinión pública linchó a Claudia Juárez y provocó que se vinieran a la mente otros casos. En Guerrero se ha documentado que corporaciones policiacas abusan de mujeres, como Valentina Rosendo e Inés Fernández, quienes fueron violadas por militares en el municipio de Ayutla. Sin embargo, no se conocía el caso de una mujer violada por otra.
Claudia Juárez desde ese día, afirma, no sólo es una policía más en Tlapa, sino que es la policía violadora. El lunes, a través de un video que posteó en su cuenta de Facebook, dio su versión. También se dijo violentada: “Yo sigo trabajando, pero me siento avergonzada. Todos me señalan y dicen: ‘ahí está la violadora’”.
Esa noche, recuerda, llegó a la clínica San Antonio porque sus compañeros solicitaron apoyo; ellos no podían detener a Yndira por ser hombres. Cuando llegó, cuenta, la activista gritaba, exigía que bajaran de la patrulla a su compañero y amenazaba a la autoridad. Intentó que subiera a la unidad, pero no lo logró. Sus colegas pidieron apoyo a otra agente: “Se subió a la patrulla, hasta su compañero le dijo que se calmara”.
Al llegar a la comandancia, Yndira fue revisada: “Yo sólo la guié, porque no quería que nadie la tocara. Unos de mis compañeros le abrió la puerta porque yo no sé de eso y ella entró sola, mi compñaero fue el que cerró. Ya adentró me gritó que me iba a arrepentir, pero no le hice caso y me regresé a mi comisión, porque yo sólo acudí como apoyo”, explica
Desde hace dos años, Claudia es policía municipal, dice que le costó mucho trabajo ingresar y ahora le preocupa perder su puesto. Tiene tres hijos, dos niñas que mantiene con lo que gana como policía. Es madre soltera e indígena, como la mayoría en esa zona.
Se dice desprotegida y también pide ayuda para limpiar su imagen porque teme que todo llegue a los oídos de sus hijos. Como Yndira Sandoval, Claudia pide que el caso se aclare lo antes posible y se haga justicia.
Este caso, también evoca lo que significa Tlapa en la violencia contra las mujeres, ya que es uno de los ocho municipios de la entidad donde se activó la alerta de género, junto con Acapulco, Zihuatanejo, Chilpancingo, Iguala, Ayutla, Ometepec y Coyuca de Catalán.
Tlapa es un municipio donde la violencia contra las mujeres es latente: ahí aún se vende a las niñas o los padres las obligan a casarse contra su voluntad. La violencia física puede llegar hasta la muerte.