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Chilpancingo.— Josefina Ramos está a cargo de sus tres nietos y los tres inician el ciclo escolar este lunes: uno en la primaria, una en la secundaria y el otro en la preparatoria. Desde hace tres meses comenzó a ahorrar para comprar los útiles escolares, pero no le alcanzó para cubrir las listas.
El pasado viernes, Josefina y su nieta salieron a comprar con mil 500 pesos que ahorraron, y solamente lograron adquirir 15 libretas, colores, crayones, lápices, lapiceros, calcetas y una mochila.
¿En la quincena comprará lo que falte?, se le preguntó.
“No sé cómo le voy a hacer, yo no conozco eso de quincenas, yo trabajo todos los días y todos los días me pagan. Lo único que me queda es ir comprando poco a poco, no puedo de otra forma”, respondió.
Josefina, junto con su nieta, caminan por la feria de útiles escolares que se instaló en el centro de Chilpancingo. Ahí hay casi de todo para el regreso a clases: libretas, mochilas, uniformes, zapatos, tenis, lápices, libros.
Muchas familias recorren los puestos, miran los productos, se detienen, preguntan por lo precios, pero no compran.
“Muchos van a comprar hasta la quincena, ahora deben andar checando precios”, se aventura a decir un vendedor de libros.
Luego, explica que los precios cada año van aumentando. “Cuando yo entré a trabajar hace dos años, el libro Juguemos a leer costaba 220, ahorita está en 320, ya subió 100 pesos”, dijo.
Josefina y su nieta no lograron cubrir la lista de útiles de ninguno de los tres. Incluso para su nieto que estudia en la preparatoria no compraron nada y para los otros dos faltan útiles y los uniformes (tanto el de uso diario como el de educación física), zapatos y tenis.
En el caso de su nieta que estudia la secundaria, sólo el uniforme de educación física cuesta 600 pesos, mientras que la mochila y la falda son otros 240. Para el uniforme del nieto que va a la primaria gastará una cantidad similar.
Pero este lunes, ni el niño ni la niña comenzarán el ciclo escolar con uniformes nuevos, reutilizarán los de los años anteriores.
Por ahora, la mujer se concentra en los nietos menores, pues el mayor sale todos los días a las 5:00 horas a vender bolillos para poder comprar él solo sus propios útiles escolares.
Josefina se hace cargo de sus nietos desde hace más de cinco años. Cuenta que sale todos los días a trabajar, ya sea realizando el aseo en casas, lavando ropa o vendiendo bolillos. Por esos trabajos le pagan unos 120 pesos, pero eso no le alcanza.
“Esta vez no pude ahorrar mucho, es que no se puede, por más que traté de hacerlo, no pude”, dice.