San Cristóbal de las Casas.— La violencia en Frontera Comalapa se instaló cuando Alejandro Mérida González (Morena) fue presidente municipal, de 2021 a 2024.
En estos años el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), Cártel Chiapas Guatemala y su brazo armado, Maíz, tomaron el control de todas las actividades de la cabecera municipal, incluso la seguridad.
En estos años más de un centenar de hombres y mujeres desaparecieron o fueron asesinados, aseguran los pobladores.
El 1 de octubre de 2021, cuando aún imperaban restricciones sanitarias por la pandemia de Covid-19, Mérida González llegó a presidir el Concejo Municipal de Frontera Comalapa, abanderado por Morena.
De un día para otro, hombres que se identificaban como miembros de Maíz —muchos de ellos militando en organizaciones sociales y partidos políticos— advirtieron a los comalapenses que si querían que sus negocios siguieran, deberían pagar derecho de piso.
Además de la cuota mensual, los comerciantes, taxistas, dueños de locales en el mercado y vendedores ambulantes estaban obligados a montar guardias en las principales entradas al municipio, para que no fueran sorprendidos por el Cártel de Sinaloa, que tenía el control de las comunidades de los alrededores.
Oponerse a participar en los bloqueos se castigaba con multas de hasta 3 mil pesos y a quien se resistía lo levantaban y lo “tableaban”.
Todos los propietarios de negocios, desde tiendas, farmacias y ferreterías, hasta restaurantes y peluquerías, estaban obligados.
Decenas de personas no aguantaron y se fueron. “Hubo un éxodo desde que inició la violencia en el municipio”, reconoce un vecino.
Quienes vivían en las comunidades rurales fueron los primeros en salir. Cuando iniciaron los enfrentamientos no esperaron y huyeron a Chicomuselo, Motozintla, Bella Vista, La Grandeza y otros municipios de la Sierra Madre de Chiapas, que aún estaban bajo el control del Cártel de Sinaloa, organización que, según decían, “no se metía con la población civil”.
Alcalde a distancia
Mientras Frontera Comalapa ardía, Alejandro Mérida González, el alcalde, despachaba desde Tuxtla Gutiérrez, la capital del estado, a 227 kilómetros de distancia.
A veces hacía visitas para poner en marcha alguna obra y luego no se le volvía a ver en meses. En su ausencia, los criminales tomaron el control.
Los productos de la canasta básica se encarecieron porque el Cártel de Sinaloa bloqueó los accesos a la cabecera municipal y no permitía el paso de mercancía; decían que era por la desaparición de varios de sus hombres.
La violencia en Frontera Comalapa se disparó el 10 de noviembre de 2021, con la ejecución de José Fernando Cruz Montejo y dos de sus guardaespaldas en la comunidad Quespala, lo que provocó enfrentamientos entre el CJNG y Cártel de Sinaloa en varias comunidades.
Los pobladores fueron obligados a hacer bloqueos, levantar barricadas y abrir zanjas para evitar el paso de vehículos con blindaje artesanal que llegaban desde Guatemala por pasos clandestinos.
Dos alcaldes no electos
Por la violencia, que ya empezaba en el municipio, el 25 de julio del 2021 no se realizaron elecciones y el Congreso estatal nombró a Alejandro Mérida González, un ginecólogo dueño de una clínica en la cabecera municipal, como presidente del Concejo Municipal para el periodo del 1 de octubre de 2021 al 30 de septiembre de 2024.
Pobladores del lugar, que piden no ser identificados, aseguran que Mérida González “entregó” el ayuntamiento a los criminales.
Dicen que la Policía Municipal estaba bajo el mando de la organización Maíz, fundada por Vladimir López Orantes, alias El Ruso, su primo Roger Roblero López y Antonio Martínez, alias El Toño.
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Todos son parientes de José Antonio Villatoro Herrera, alcalde interino del PVEM que tomó posesión el 1 de octubre de 2024 y detenido el domingo, acusado de desaparición forzada, desvío de recursos del erario, extorsión y homicidio.
Villatoro Herrera asumió el cargo tras la desaparición del alcalde electo, Aníbal Roblero Castillo.
Los días más violentos
En mayo de 2023, los grupos criminales chocaron durante varios días, lo que provocó que más de 3 mil personas dejaran sus hogares. Por ese mes, Frontera Comalapa se quedó sin electricidad. La suspensión de energía volvió a repetirse en septiembre de 2024, generando escasez de alimentos, de combustible y cancelación de servicios bancarios.
Los comalapenses vivían entre dos frentes de guerra. Estaban bajo la mira de Maíz y temían caer en manos del Cártel de Sinaloa. Los que salían hacia Comitán para hacer compras, ir al médico o hacer trámites debían mostrar su credencial de elector en los retenes del Cártel de Sinaloa, sobre la carretera Panamericana. Llevar una identificación con domicilio en la cabecera municipal podía generar sospechas y decenas desaparecieron.
El 29 de diciembre el grupo especial de la Policía Estatal, los Pakales, tomó el control del municipio. El actual alcalde está detenido, pero el futuro es incierto.