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Huixtla.— Más de mil 200 niñas y niños, cuyas edades van desde un mes de nacidos, integran la actual caravana migrante, que partió el pasado sábado de Tapachula, Chiapas, con destino a la Ciudad de México.
De acuerdo con el activista Luis Rey Villagrán, de la organización Dignificación Humana, de los más de mil pequeños que integran la caravana, 300 aún son lactantes y seis más tienen alguna discapacidad. Todos viajan junto a sus padres, y en número son casi la mitad de todos los que integran la caravana migrante.
En este contingente —de más de 3 mil personas que ingresaron a México de manera irregular provenientes de países como Honduras, El Salvador, Guatemala, Cuba, Colombia, Venezuela, Haití y Congo— también viajan familias completas, así como muchas madres solteras con dos o tres niños de brazos.
Los niños son los que más sufren deshidratación y golpes de calor; viajan largas horas hacinados en sus carriolas, bajo temperaturas de hasta 40 grados.
Entre esa multitud está Concepción Avilés Reyes, hondureña de 25 años de edad. Junto con ella viaja su hija Evelyn Dalila, de cinco años de edad y quien presenta microcefalia, soplo en el corazón, dos hernias y displasia de cadera. El sueño de esta madre es llegar a Estados Unidos para buscar ayuda médica para su hija.
Concepción es madre soltera y hace 15 días emprendió el viaje a Estados Unidos, ya que en Honduras la clínica Teletón, donde su hija recibía atención médica y terapias, fue cerrada tras el paso de dos huracanes el año pasado.
La mujer dejó en su país a sus hijos Darlyn Josadey, de tres años de edad, y Daylin Lizeth, de 18 meses de nacida, con su madre, de 59 años. Entre llanto, Concepción cuenta que su sueño es un día ver caminar a su hija y ayudar a los otros dos menores.
Con su hija a bordo de una carriola donada, Concepción narra que lo más difícil es caminar con su hija enferma bajo los fuertes rayos del sol, la lluvia y el calor, pero, dice, “el esfuerzo valdrá la pena cuando un día la vea caminar y valerse por sí misma”.
El más pequeño de todos
En este contingente también viaja Roy Sebastián, el bebé más pequeño de la caravana: tiene dos meses de nacido y acompaña a sus padres Roy Roldán, de 23 años, y Jenifer Paola Celaya, de 20. También va junto a sus dos hermanos: Dilan, de tres años, y Cristián de 18 meses de edad.
La joven familia proveniente de Honduras tiene como objetivo llegar a Estados Unidos para evitar ser asesinados por las pandillas, que los tenían amenazados. La caravana migrante inició su caminata el pasado sábado desde Tapachula, y ese mismo día elementos del Instituto Nacional de Migración (INM) y la Guardia Nacional (GN) intentaron impedir su avance, pero se abrieron paso por la fuerza.
Luego de tres días de camino, los integrantes de la caravana decidieron tomar un día de descanso en la cabecera municipal de Huixtla, ante el cansancio de niños y adultos, que tienen heridas en los pies. Este miércoles continuarán su recorrido hacia el municipio de Villacomaltitlán, ubicado a unos 19 kilómetros.