Chihuahua.— María Eugenia Campos Galván conoció la política desde muy pequeña. Los mítines y reuniones a los que la llevaban sus padres en la década de los años 80 la marcaron, pero en aquel momento no estaba en sus planes llegar a convertirse en la primera mujer gobernadora del estado de Chihuahua.
Campos Galván es licenciada en Derecho por el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM). Tiene una maestría en estudios latinoamericanos y gobierno en la Escuela de Servicio Exterior de la Universidad de Georgetown, y una segunda maestría en administración pública y política pública por el Tecnológico de Monterrey, campus Ciudad de México.
Se considera una política cercana a la gente; sensible pero a la vez fuerte y firme como mandataria, con el reto de gobernar, no simular.
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Recuerda que sus padres le explicaron la importancia de la democracia. Ella era una niña en 1983 cuando el Partido Acción Nacional (PAN) arrebató por primera vez el gobierno de las principales ciudades de Chihuahua al PRI, y tres años después las elecciones a gobernador fueron marcadas por denuncias de fraude.
En lo familiar, esos años también fueron muy difíciles. A raíz de las devaluaciones y la inestabilidad económica que sufrió el país a lo largo de la década de 1980, la crisis golpeó su hogar, a tal grado que el matrimonio de sus padres se rompió. Ella y sus hermanos quedaron bajo el cuidado de su madre.
Fue ahí cuando Campos Galván decidió involucrarse en la política y el servicio público: “Me prometí y comprometí a que yo iba a ser parte de la vida pública, para que lo que le pasó a mi familia no le pasara a otras más adelante”.
En 1997 ingresó a las filas juveniles del PAN, donde formó vínculos que la han acompañado a lo largo de los años, hasta su gabinete como gobernadora.
Cuatro años después, durante el gobierno del presidente Vicente Fox , fue invitada a la Secretaría de Gobernación (Segob) para encabezar un esfuerzo de coordinación y transparencia de programas sociales.
Entre 2006 y 2011 fue diputada federal por la ciudad de Chihuahua y, posteriormente, delegada de Liconsa en dicha entidad.
También fue asesora en la Comisión Federal de Electricidad (CFE) para la resolución de conflictos y problemas sociales complejos, antes de ser diputada local por la ciudad de Chihuahua para la 64 Legislatura.
Su carrera política tomó fuerza en 2016, cuando se convirtió en la primera mujer alcaldesa del municipio de Chihuahua, puesto en el cual se reeligió en 2018.
Sin embargo, los retos más fuertes para ella, como mujer y política, comenzaron en 2021, cuando se convirtió en candidata a la gubernatura de esa entidad.
“¿Si pensé alguna vez en ser gobernadora? Cuando vi a Pancho Barrio ser gobernador claro que decía: ‘¡qué padre ser gobernador!’ Pero yo creo que fue más en el inconsciente y siempre me dediqué a trabajar, a trabajar y trabajar para salir adelante, porque tenía el ejemplo de una mamá muy trabajadora, porque le tocó sacar la casta y sacar adelante a sus tres hijos, y me tocó seguir su ejemplo. Nunca pensé que iba a terminar en la política como gobernadora, pero así terminó siendo”, afirma la mandataria de Chihuahua.
Asegura que tanto en esa entidad como a nivel nacional aún existe mucha resistencia para que una mujer pueda hacerse escuchar y oír dentro de la política o cualquier cargo público.
Señala que los retos que ha enfrentado en su carrera estuvieron marcados por la misoginia y machismo. Ella trabajó por conquistar un lugar dentro del servicio público para lo cual tuvo que luchar contra los hombres.
“No nada más luchas contra un círculo de mujeres, sino luchas por un espacio con los mismos hombres, y es ahí donde se pone más difícil. Es el hombre el que decide. Quien toma las decisiones puede inclinarse más hacia un hombre que a una mujer, entonces ese es un reto”.
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El 1 de abril de 2021, tras una audiencia que duró 42 horas, el juez de control, Samuel Uriel Mendoza, consideró que había elementos para vincular a proceso a la entonces candidata a la gubernatura y alcaldesa de Chihuahua con licencia.
A ella y otros dos exdiputados locales se les señalaba de estar presuntamente involucrados en la llamada nómina secreta de César Duarte, quien fue gobernador del estado de 2010 a 2016.
Sin embargo, el 13 de enero pasado el mismo juez reveló en una entrevista con El Diario de Chihuahua que fue presionado por el Poder Ejecutivo y la Secretaría General de Gobierno de Javier Corral para tomar dicha acción en contra de la ahora gobernadora.
“Había muchos intereses en el proceso, se puede decir así, y eso es un hecho, no es una apreciación personal, es una cuestión de índole pública sabida por todos.
“Le mentiría si no le dijera que hubo acercamientos y algunas llamadas tratando de influenciar el sentido de la resolución”, declaró el juez Samuel Uriel Mendoza al medio. Sus palabras fueron reproducidas por los medios a nivel nacional.
Este episodio, que la gobernadora Maru Campos señala como una persecución política, ha sido para ella imposible de olvidar. Reconoce que en ese tiempo incluso pensó en dejar la política y retirarse de la esfera pública.
“Tuve que salir de mi casa sin saber por qué, y me llevaron a lugares que yo no sabía a dónde iba o por qué iba o simple y sencillamente a esconderme, porque la anterior persona que se sentaba aquí [en el despacho del Palacio de Gobierno] hacía llegar a oídos de mi mamá que habían girado una orden de aprehensión. Había mucha violencia sicológica, mucha violencia emocional”, relata la gobernadora.
Resalta que en ese momento utilizaron a los jueces y magistrados, al Poder Judicial, para perseguirla, “para negociar con ellos mi vida y mi libertad. Al final de cuentas uno toma el reto más próximo que ha tenido y para mí obviamente ha sido este reto”.
Ahora, tras ganar la candidatura en 2021 y a más de seis meses de haber tomado protesta como gobernadora de Chihuahua, destaca que uno de los retos de su gobierno es marcar la diferencia, no perseguir ni simular.
“Lo primero es marcar la diferencia y dedicarme a gobernar. No dedicarme a perseguir a nadie y pese a que todos los días aquí abre uno una cajita y se encuentra una cosa nueva, pues el gran reto es dedicarme a gobernar, a no simular”.
Afirma que su posición de gobernadora es muy diferente a la de alcaldesa de Chihuahua, cargo que desempeñó dos veces, pues sigue en la lucha por ganarse la confianza del sector productivo, la sociedad civil organizada, la academia y universidades.
“A veces piensas que como ya habías hecho la relación y habían trabajado juntos en la alcaldía, esto se va a replicar en el gobierno del Estado y no. Es un volver a empezar, a construir a edificar. Ese ha sido un reto muy difícil para mí. Ha sido un reto el darte cuenta que Chihuahua es una familia, no es uno somos 67 municipios y el atender a los 67 no es una tarea fácil. Es un crecimiento muy grande entre el municipio y lo que es el Estado”, explica la mandataria de Chihuahua.
Considera que al “estado grande” le hacía falta ser dirigido por una mujer, al igual que le hace falta a las alcaldías, las diputaciones y demás puestos públicos no sólo de Chihuahua, sino de todo el país, “porque una mujer imprime determinación, imprime un grado distinto para negociar y esa sensibilidad que necesitamos”.
Como mujer gobernadora su consejo a las mujeres chihuahuenses y de todo el país es “que se la crean”.
“Porque nadie se la cree, porque creemos que nunca vamos a llegar. Entonces, es un tema de creérnosla. Yo no puedo decir que me la creí porque me la creyera sola, sino porque yo tuve una mamá que me impulsó a creérmela. Mi mamá me enseñó desde muy niña que yo podía ser lo que yo quisiera ser en la vida”.
Subraya que tanto en el gobierno como en el país se debe de reconocer más el trabajo que realizan las mujeres dentro de los gobiernos y en todas las áreas, ya que se han logrado dar resultados en materia desde salud, sector social, educación, financiera y hasta en la cuestión del Covid-19.
“La verdad es que damos resultados importantes y damos resultados no nada más en cuestiones sociales, en cuestiones financieras, de seguridad pública, de manejo del Covid. Es conocido por todos cómo, en el mundo, las mujeres han sido quienes mejor han manejado el tema del Covid-19 en sus países y sus estados. Tengan confianza en las mujeres para gobernar”, finaliza.
María Eugenia Campos
Gobernadora de Chihuahua
“Siempre me dediqué a trabajar, a trabajar y trabajar para salir adelante, porque tenía el ejemplo de una mamá muy trabajadora, porque le tocó sacar la casta y sacar adelante a sus tres hijos”
“La verdad es que [las mujeres] damos resultados importantes y damos resultados no nada más en cuestiones sociales, en cuestiones financieras, de seguridad pública, de manejo del Covid”
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Asistió a sus primeros mítines siendo una niña, en la década de los 80.
Tiene una maestría por la Universidad de Georgetown.
En 1997 ingresó a las filas juveniles del PAN.
Fue dos veces alcaldesa de Chihuahua.
Es la primera gobernadora del estado.