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Un cielo nublado enmarca la tristeza que embarga a la familia y amigos de María del Sol. El andador turístico de la ciudad de Oaxaca, que antes fue testigo de fiestas y alegrías, se viste momentáneamente de luto para recordar que han transcurrido 365 días desde que las balas acabaron con la vida de la joven.
Desde hace algunos días, su madre, la periodista Soledad Jarquín Edgar, convocó a una marcha fúnebre en la que participaron familiares, amigos, activistas, integrantes de colectivos feministas y miembros de la sociedad civil indignados por este crimen. El contingente marchó desde el Templo de Santo Domingo de Guzmán al zócalo.
Los participantes empuñaron cruces de madera con consignas como #NiUnaMás, así como carteles con el rostro sonriente de María del Sol, el cual que se apagó el 2 de junio de 2018, en el atentado en el que también murió la candidata a segunda concejal de Juchitán, Pamela Terán, y su chofer Adelfo Guerra.
La madre de Del Sol no duda. Antes de la marcha señala que existe dilación para atender el caso de su hija. Aunque recién fue detenido uno de los presuntos autores materiales del triple homicidio, sabe que el camino a la justicia está lejano.
“No sabemos qué vaya a pasar. El lado criminal puede ser muy difícil de solucionar por todo lo que implicó... aunque hubo testigos, la gente no quiere declarar”, dice.
Jarquín Edgar no ha descansado desde que la golpeó la ausencia de su hija; fue ella quien presentó una denuncia por delitos electorales, misma que no ha sido judicializada. Está convencida de los motivos, dice que la opacidad con la que han transcurrido los procesos del caso revela los compromisos políticos que se esconden detrás.
Con un féretro negro que corona el recorrido, como si fuera un entierro, los asistentes llegan al palacio de gobierno. Tras un breve mitin, lo colocan a las puertas del edificio, como forma de exigir al gobernador Alejandro Murat que aplique sanciones a los responsables.
La petición se debe a que María del Sol fue asesinada en Juchitán porque iba comisionada ilegalmente para cubrir la campaña política del priista Hageo Montero, excandidato a presidente municipal. La orden la dio su hermano Francisco, extitular de la Secretaría de Asuntos Indígenas (SAI), donde Del Sol trabajaba en el área de Comunicación.
Soledad Jarquín, la incansable, pedirá la próxima semana en el Senado que el caso sea atraído por la Fiscalía General de la República: “No voy a dejar de exigir Justicia para Sol”, dice. Y el resto son aplausos y silencio.
