Desde los estados nos platican que la “marcha de la venganza”, anunciada ayer por el presidente Andrés Manuel López Obrador, no sólo generó controversia entre los que llama “conservadores”, sino entre colectivos de búsqueda de desaparecidos y feministas que rápidamente salieron a reclamar que, para el mismo día y hora, también en el centro la capital del país, tienen programada la acción de protesta artística y pacífica Sangre de mi Sangre, que consiste en colocar un gran bordado rojo, realizado por mujeres de al menos 20 entidades, para pedir justicia por las y los desaparecidos, así como las víctimas de feminicidio. En este sentido, nos dicen que los colectivos ya dijeron que no se moverán y hasta hay quienes ven con mala fe la decisión del Presidente de programar para ese día su marcha, puesto que con los Guacamaya leaks quedó comprobado que si de algo está bien enterado el Estado es de los movimientos de las “peligrosísimas” feministas.
De migración y abusos
Quien nuevamente está en el ojo del huracán, nos aseguran, es la alcaldesa de Tapachula, Chiapas, Rosa Irene Urbina (Morena), debido a la difusión de un video en el que una persona migrante es sometida con una teaser por policías municipales. A detalle, nos platican que aunque los hechos ocurrieron en septiembre pasado, recientemente fueron dados a conocer, por lo que las miradas se posaron sobre la edil, cuestionando su falla a la proclamada política de “respeto a los derechos humanos” de la migración en la frontera sur. Y aunque el caso es investigado, llama la atención que con dos trienios de gobierno doña Rosa Irene no aprenda aún del respeto.
Diputados quieren vacaciones
Quienes recibieron un jalón de orejas por adelantarse al Guadalupe-Reyes, nos dicen, fueron los diputados sinaloenses, debido a que, como si ya estuvieran en Navidad, han relajado el trabajo legislativo, por lo que el presidente de la Junta de Coordinación Política, Feliciano Castro Meléndrez (Morena), ha tenido que recordar a sus compañeros que la puntualidad y la permanencia en las sesiones es primordial. En este sentido, nos explican que desde las últimas cuatro legislaturas locales se volvió costumbre que los diputados no se presenten a la hora reglamentaria de sesiones o las abandonen sin permiso, lo que impacta directamente en la aprobación de leyes o acuerdos. Al final, nos revelan que de continuar con tanta indisciplina ya hay quienes alistan proponer sanciones fuertes a los “poco trabajadores”, como buscar reemplazos si es que los diputados titulares no tienen tiempo de trabajar.
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