.— La caravana de madres chiapanecas que buscan justicia por sus hijas asesinadas en Tuxtla Gutiérrez —sin haber sido atendidas por la Fiscalía General del Estado de Chiapas (FGE)— llegó a Oaxaca, a la ciudad de Juchitán, en el Istmo de Tehuantepec.

Las madres arribaron durante la mañana de ayer y seguirán avanzando hacia la capital del estado, en donde descansarán para después seguir a Tehuacán y San Martín Texmelucan, Puebla; luego arribarán al Estado de México y, finalmente, a la Ciudad de México, donde participarán en las actividades de protesta por el Día Internacional de la Mujer.

Las mujeres explicaron que las autoridades correspondientes no han detenido a los probables responsables de los feminicidios de sus hijas; también exigieron que los casos sean investigados con perspectiva de género.

También lee: 

Mary Cruz Velasco y Adriana Gómez, madres de Karla Yesenia Gómez Velasco y Jade Guadalupe Yuing Gómez, respectivamente, víctimas de feminicidio en 2018 y 2020, llegaron al municipio zapoteca procedentes de Tuxtla Gutiérrez.

Cuando las madres de víctimas de feminicidio se encadenaron las manos

Una vez en Juchitán, ofrecieron una conferencia y colocaron las lonas con los rostros de sus hijas y las exigencias de justicia. Las madres se encadenaron las manos y cargaron cruces por todos los feminicidios no resueltos en Chiapas. Además, expusieron las anomalías que han documentado en las investigaciones de la fiscalía chiapaneca.

En el caso de Karla Yesenia Gómez Velasco, la joven tenía 21 años cuando fue asesinada en julio de 2018 en Tuxtla Gutiérrez.

De acuerdo con las investigaciones, Karla salió a una reunión con su equipo de trabajo y no regresó a su casa. Fue encontrada atropellada, pero con signos de violencia; después de la presión mediática de la familia, se logró la detención de Marvin “N”, a quien se le acusó de homicidio simple intencional y no de feminicidio.

Por otro lado está el caso de Jade Guadalupe, quien con 13 años de edad era una atleta de alto rendimiento en la disciplina de judo y fue encontrada sin vida en las instalaciones del Instituto del Deporte del Estado de Chiapas (Indeporte) el 14 de enero de 2020.

Las autoridades de la Fiscalía General de Justicia y de Indeporte informaron a la madre que fue un suicidio y así lo asentaron en las actas, pero una serie de contradicciones y anomalías detectadas en la escena del crimen y en el comportamiento de los compañeros y entrenador de Jade, así como en todo el proceso de investigación, llevaron a la familia a dudar del dictamen oficial desde el primer día.

Por ello, pidieron que se reclasificara el delito como feminicidio y que se investigara el caso con perspectiva de género.

/om

Google News

TEMAS RELACIONADOS

Noticias según tus intereses