Guadalajara.— Durante casi dos años, Guadalupe Ayala cargó una hoja de papel con una figura humana segmentada en 14 partes que representaban el cuerpo de su hijo Alfredo. A lo largo de los meses fue coloreando cada una con plumón amarillo y anotando números: ID9301, S-439, para la cabeza; ID10094, S-658, para el torso; S-666, para el brazo derecho; S-665, para el muslo izquierdo. “La clave son los ID de cada segmento, porque nos lo han dejado en partes, el ID es un segmento de cada cuerpo, tienes que buscarlos, nos hicimos expertas en eso”, explica.
En diciembre de 2021, entre miles de segmentos humanos que permanecen sin identificar en el Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses (IJCF), logró encontrar la última parte, el brazo izquierdo.
Igual que Guadalupe, decenas de mujeres que forman parte del colectivo Familias Unidas por Nuestros Desaparecidos Jalisco (Fundej), acuden cotidianamente a las instalaciones del IJCF, con hojas de papel similares en las que van anotando los resultados de su búsqueda.
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Una de ellas es Adriana Munguía, quien durante un año y 10 meses se encargó de recuperar el cuerpo de su hermano Salvador.
Las autoridades quedaron en entregar a ambas mujeres los cuerpos, el 4 de enero de 2022 a las 12:00 horas; sin embargo, por un tema burocrático les dijeron que sería hasta el día siguiente. Tras la protesta de ellas y otras mujeres en su situación, los cuerpos de Alfredo y Salvador pudieron regresar esa noche con sus familias y tener un funeral.
La fosa de Lomas del Mirador II
Alfredo tenía 25 años cuando se lo llevaron de su casa, el 26 de septiembre de 2019. El 21 de octubre, Salvador, de 28 años, salió de su casa y no volvió.
No se conocieron, el primero vendía chatarra y el otro era diseñador gráfico. Los dos vivían en Tlajomulco y desaparecieron en un periodo negro.
Datos del Registro Nacional de Datos de Personas Extraviadas y Desaparecidas señalan que en 2019 desaparecieron 322 personas en Tlajomulco. De agosto a octubre hubo 125.
Los últimos días de 2019 la Fiscalía de Jalisco localizó una segunda fosa clandestina en la colonia Lomas del Mirador, en Tlajomulco, y la catalogó como la fosa Lomas del Mirador II, una de las más grandes del estado.
En total, se rescataron los cuerpos desmembrados de 106 personas, Alfredo y Salvador entre ellos.
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El trabajo de una madre
Guadalupe recuerda cómo fue encontrando y reconociendo el cuerpo de su hijo.
“El 23 de febrero de 2020, me llaman de la fiscalía para decirme que había un indicio; me atiende la trabajadora social y me dice: ‘Quiero que vea un tatuaje’. Y me meto, era un antebrazo de mi hijo.
“Me atendió una sicóloga, me puse a llorar, a llorar. Sólo me dieron un documento, el 667 del antebrazo. Fue lo único. El 26 de marzo, encontré su dorso. Estaba sin brazos. Lo identifiqué por sus tatuajes. Pasaron los días y seguí encontrando, primero una mano, luego el hombro, más adelante encuentro su pie, que reconocí por otro tatuaje”.
Pasaron dos años, tres meses y nueve días desde que desapareció su hijo hasta que lo recuperó por completo. En ese camino de búsqueda habló con policías, ministerios públicos, peritos, burócratas, periodistas y hasta con videntes, pero sobre todo con otras mujeres que buscan a los suyos.
“Después de que reconocí el antebrazo de mi hijo, me entero de esa fosa en Lomas del Mirador II y voy al lugar con la señora Lupita Aguilar [fundadora de Fundej], porque me integré al colectivo y comencé a caminar con ella. Cuando llegué, lloré tanto. Mi búsqueda fue mía, pero desde que me uní con la señora Lupita ella me abrió camino, me enseñó cómo caminar, cómo buscar, cómo preguntar, y así ha sido. Ella me lo ha enseñado”, recuerda.
La búsqueda personal de Guadalupe terminó. Dice que ya puede responder a su nieto de cuatro años cuando le pegunta dónde está su papá.
Sin embargo, no deja la búsqueda colectiva y asegura que volverá cada martes al IJCF para seguir buscando con sus compañeras y rescatar a los que están sin nombre en el forense.
Cifras de la Fiscalía de Jalisco i ndican que en el IJCF hay más de 2 mil 500 segmentos humanos por identificar.
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