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“El Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) a través de un trabajo exhaustivo, confirmó que los restos pertenecían a mis dos hijos Diego Alonso y David Basilio Díaz Pérez , quienes desaparecieron (hoy) hace siete años”, reveló María Guadalupe Pérez Rodríguez, la madre que desafió al gobierno y nunca se rindió.
La mamá de los dos hermanos de 30 y 36 años de edad, narró su sufrimiento y dolor de una búsqueda que parecía inalcanzable, por la negligencia de las autoridades desde el 08 de diciembre del 2014. Dice que no le hicieron caso cuando encontraron los cuerpos en la ciudad de Piedras Negras.
La mujer detalló que el sábado 4 de diciembre pasado, los antropólogos argentinos le entregaron los restos de sus hijos y le dijeron cuáles eran de cada uno de ellos, lo que les agradece infinitamente.
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Relató que un día después de la desaparición de sus muchachos la policía encontró el carro donde viajaban.
En el automóvil había varios cuerpos, funcionarios de la entonces Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) aseguraban que eran tres mientras que los de la Procuraduría Federal determinaron que eran cuatro, no se pusieron de acuerdo y ahí empezó su calvario.
Las autoridades, señaló, no realizaron un trabajo de búsqueda ni de investigación, mucho menos de identificación, por eso los restos tardaron siete años en ser regresados a casa.
“Desde la desaparición inicié la búsqueda incansablemente; interpuse la denuncia a nivel estatal y proporcioné toda la información requerida".
“Acudí a las instancias federales cuando vi que aquí no se avanzaba nada; presenté la demanda y le tomaron a la familia las muestras de ADN (Ácido Desoxirribonucleico), para las pruebas genéticas, y las cotejaron con las de los restos encontrados el 09 de diciembre”.
Destacó que las autoridades federales concluyeron que sí había ADN de la familia, pero no sabían cuáles eran de cada uno. Por eso se inconformó y no aceptó los resultados.
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Luego, en la PGJE, durante una reunión le aclararon que en México no había laboratorios certificados para identificación humana. Dijeron que para algunos laboratorios la certificación estaba en trámite y habría que esperar, pero ni siquiera sabían cuánto tiempo, pero podrían tardarse años.
“Entonces pedí que se enviaran al extranjero, sin embargo se negaron porque dijeron que no tenían presupuesto para ello”, añadió. Aunque había avanzado mucho, su viacrucis no terminaba, no obstante no se dio por vencida y recurrió a organizaciones de la sociedad civil, donde le ayudaron económicamente para que los identificaran lo más rápido posible.
La Procuraduría General de Justicia del Estado tenía más de 5 años de mantener resguardados los restos y no había hecho nada, agregó.
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Fue entonces que, con ayuda de colectivos, pidió apoyo del Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF).
"Los argentinos, después de un arduo y exhaustivo trabajo, subrayó, confirmaron que los restos pertenecían a mis dos hijos Diego y David, y cuáles eran de cada uno".
Para las organizaciones (de la Iglesia Católica y civiles) que acompañaron este caso, reafirmaron que el Estado queda a deber a la señora Guadalupe Pérez Rodríguez, a su familia y a muchas más que viven la desaparición de sus seres queridos.
Reclaman para todos los casos la Verdad, la Justicia y la No Repetición. Si bien Guadalupe ha podido descansar un poco recuperar la tranquilidad al tenerlos restos de sus hijos con ella, sentenciaron que todavía falta muchísimo por proporcionarle una respuesta digna de lo que pasó y quién lo hizo.
Advierten que no aceptan la información errónea y mal intencionada que les da la Fiscalía de Desaparecidos , porque lástima y confunde a las familias.
El Estado tiene la obligación de decir la verdad, reconocer sus errores para que, a partir de ello, se construyan mecanismos reales y eficientes tendientes a identificar a las víctimas, señalaron.
Demandaron a las autoridades que investiguen la verdad para saber qué pasó, y quienes y dónde están los responsables porque tienen que pagar sus delitos con cárcel.
"¡Los buscamos porque los amamos! Hasta encontrarles!", consignaron los colectivos de Familias Unidas en la Búsqueda y Localización de Personas Desaparecidas; Fuerzas Unidas por Nuestros Desaparecidos en Coahuila y en México (FUUNDEC-M) y el Centro para los Derechos Humanos Fray Juan de Larios.
Son los grupos que respaldaron en su lucha a Lupita, la madre que no se dejó vencer por la adversidad, desafió al sistema de Gobierno Estatal y Federal. Enfrentó la indolencia de las autoridades y ahora puede vivir su duelo.
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Puebla
om/rdmd