Nos dicen que aunque sonó como cumplido, la invitación que el presidente Andrés Manuel López Obrador hizo al aún gobernador de Nayarit, Antonio Echevarría (PAN-PRD-PT), para sumarse a su gobierno, levanta más y más controversia, en espera de conocer qué cargo le ofrecerá y hasta en dónde. Lo anterior, nos explican, luego del ofrecimiento al góber de Sinaloa, Quirino Ordaz (PRI), a quien postuló como embajador en España, propuesta que causó gran cantidad de teorías, entre ellas, que don Andrés Manuel se forjó en la vieja guardia de la política, donde era una costumbre ofrecer embajadas para limpiar el camino donde se veían posibles adversarios. ¿Será este el caso y lo que le espera a Echevarría es un dardo envenenado?
Le quitan el sueño al fiscal
Quien siente que le mueven la silla y eso lo trae muy inquieto, nos comparten, es el fiscal general de Sinaloa, Juan José Ríos Estavillo, ya que a pesar de que lleva sólo cuatro años en el cargo, de los siete que por ley puede permanecer, en últimas fechas se han intensificado las críticas en su contra, sobre todo de las familias de desaparecidos y los miembros de la 4T. Pero eso no es todo, nos indican, pues con el ya próximo cambio de gobierno, en el que llegará el morenista Rubén Rocha, las versiones de que se busca relevarlo son cada vez más fuertes e incluso se especulan nombres de quienes pudieran sucederlo. Ya veremos si a su tiempo las aguas le bailan tranquilo o termina envuelto en un huracán.
Pantelhó: deuda sin saldar
Desde Chiapas, nos narran que el caso de Pantelhó no quedó cerrado con una nueva elección de autoridades, pues las demandas de justicia social continuarán y mantienen la mecha de la inconformidad, ya que aún no se esclarecen asuntos como el homicidio del fiscal de Asuntos Indígenas, Gregorio Pérez, quien investigaba los crímenes cometidos antes de la aparición de las autodefensas El Machete. Además, se suman las amenazas contra el párroco de Simojovel, Marcelo Pérez, cuya mediación ha sido clave para la solución política del conflicto de Pantelhó. Al final del día, nos dicen, el principal hombre en la mira es el fiscal general Olaf Gómez, quien parece ignorar que sin justicia no hay paz ni política.
Panistas acomodan fichas
Nos comentan que Teresa Jiménez, diputada federal y aún edil con licencia de Aguascalientes, ha tomado el rol de activista en favor de la reelección de Marko Cortés, como líder nacional del blanquiazul, de tal forma que logró reunir 8 mil firmas para empujar su reelección. Pero como en política cada movimiento es un intento por ganar la partida, nos comentan que en los corrillos panistas se dice que, de seguir Marko en el timonel blanquiazul, la legisladora podría ser recompensada con una candidatura del partido para las elecciones de 2022, con lo que alcanzaría su anhelo de ir por la gubernatura en un estado de tradición azul. ¡Qué tal!