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Monterrey.— Loren Daniel impartió clases y tuvo un empleo administrativo durante dos años y medio en la Facultad de Psicología de la Universidad Autónoma de Nuevo León ( UANL), lo hizo sin problema alguno y con el nombre de Lorena Elizabeth Ibarra González. Sin embargo, luego de tramitar legalmente su cambio de género y nombre, fue despedido.
Sin embargo, sus problemas empezaron a partir de que notificó al director de la Facultad, Álvaro Antonio Ascary Aguillón Ramírez, y al área de Recursos Humanos, su decisión de tramitar la reasignación legal de sexo y nombre.
La fractura. Loren Daniel recuerda que el 7 de octubre de 2016 acudió a la Ciudad de México, identificándose como Lorena, de sexo femenino, para comparecer ante el Juzgado Sexto del Registro Civil, a fin de solicitar el trámite administrativo para el levantamiento de una nueva acta de nacimiento a nombre de Loren Daniel Johannes Ibarra González.
Posteriormente, con un oficio dirigido a la Oficialía 14 del Registro Civil de Nuevo León, pudo realizar los trámites formales para realizar los cambios, registrados en una nueva acta de nacimiento de Nuevo León.
En febrero de 2017, Loren Daniel notificó al director de la Facultad de Psicología el proceso de reasignación sexogenérica.
Aguillón Ramírez, cuenta Loren Daniel, expresó que mientras no variara su desempeño no había ningún problema en que mantuviera sus horarios de clase y prestaciones. El panorama pintaba favorecedor.
No obstante, en vísperas del semestre agosto-diciembre de 2017, la dirección le notificó al joven maestro que no tendría clases, le argumentaron que debía “concentrarse en la realización de su tesis de doctorado”. Según la indicación, podría volver cuando concluyera.
Ibarra González, quien no quedó conforme con esa excusa, se enteró de que había otros maestros que realizaban sus tesis de doctorado, pero continuaron impartiendo sus clases. Sin embargo, a pensar del tratado diferenciado, prefirió callar. Temía que le quitaran un empleo administrativo que tenía en la misma Facultad.
En septiembre del año pasado, explica, ya con la documentación legal correspondiente, acudió a la institución educativa para insistir en que el pago de su salario se hiciera a su nuevo nombre, y no al de Lorena Elizabeth, como lo seguían haciendo.
En diciembre de 2017, en una cita con el director, le comentó que ya se había titulado, por lo que solicitó reasignarle sus clases, como había prometido, sólo obtuvo una negativa. Aguillón Ramírez se justificó diciendo que “no reunía el perfil”, pese a que el profesor había impartido clases por dos años y medio.
Entonces, Loren Daniel se ofreció a fungir como maestro sustituto, pero el director afirmó que ese semestre no habría profesores con esa categoría. El 15 de enero de este año, indica, presentó una carta a la dirección de la escuela, para preguntar qué parte del perfil magisterial no cumplía.
Ante la falta de respuesta, un mes después, el joven acudió a presentar una queja ante la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH), y tres días después, cuando la Facultad fue notificada sobre el inicio del procedimiento, le informaron que su caso “pasó al departamento jurídico”. En marzo le informaron que estaba despedido, no le entregaron ningún documento al respecto.
No más silencio. El 15 de abril, a través de la plataforma Change.org, se dirigió una petición al director de Psicología de la UANL, Álvaro Antonio Ascary Aguillón Ramírez, y al área de Recursos Humanos para exigir la reinstalación de Loren Daniel, sus horas de clase y derecho al seguro médico, además de ofrecer una disculpa pública al afectado.
En la petición, que lleva más de 4 mil adhesiones, los promotores explicaron que Loren Daniel Ibarra es un joven trans de 32 años, becario del Conacyt, pasante de doctorado e investigador, quien “ha publicado diversos capítulos de libros y artículos científicos”.
En esa petición aseguraron que Loren es un docente ético, confiable, trabajador y honesto. “Más que tratarse de un caso aislado, los despidos injustificados son una realidad que constantemente viven las personas trans al hacer la transición hacia el género deseado”, agregaron.
Ante estos hechos, exigieron además que se respete la identidad de género y se protejan los derechos de las personas trans que se estudian o trabajan en la Universidad, mediante la implementación de un protocolo de identidad de género.
Loren Daniel explicó que su decisión al hacer público su caso, “no tuvo que ver tanto conmigo, sino con las personas que vienen atrás de mí”. Dijo que de manera individual sabía que hacer público el caso lo pondría en “una situación de riesgo.
“Espero que mi caso sirva para que las personas que no saben qué es una persona trans puedan poner un rostro humano a esa etiqueta, también para que las personas trans que están pasando por una situación similar sepan que no están solas, y que quienes no han pasado por una situación de discriminación, sepan que tienen derechos y cómo defenderlos.”