Villahermosa.— El río Grijalva, el segundo más caudaloso del país, se desbordó ayer y provocó que varias colonias de Villahermosa quedaran bajo el agua, mientras otras fueron desalojadas.
Desde la madrugada del lunes, el cuerpo de agua creció e inundó decenas de hogares, mientras los tabasqueños trataban de rescatar sus bienes.
Algunos subieron sus pertenencias a las azoteas, mientras otros abandonaban la zona con lo que pudieron salvar.
La avenida Calderón Marchena, en la colonia Gaviotas Sur, fue la ruta que siguió el río Grijalva para extenderse. En esa calle se observaron desde actos de solidaridad para apoyar a los vecinos del lugar, hasta saqueos de supermercados.
Elementos del Ejército y los mismos habitantes de Villahermosa trabajaron en conjunto para evitar pérdidas humanas y materiales, aunque en general permeaba la frustración.
“Lo poco que teníamos lo perdimos, se lo llevó la naturaleza”, lamentó Lorenzo López López, quien emigró de Chiapas a Tabasco hace ocho años.
La casa de Lorenzo fue una de las tantas que quedó bajo el agua. Durante la madrugada, subió sus pertenencias a la azotea con ayuda de su esposa y sus hijos, pero no rescataron todo.
“La verdad no hemos recibido ayuda del gobierno, no nos han dicho dónde podríamos hacer un trámite para acceder a un apoyo y estoy preocupado porque tengo cuatro hijos”, dijo.
En una situación parecida se encontraba Silvino Díaz, quien miraba con nostalgia cómo su refrigerador flotaba en su casa, y al mismo tiempo criticó que las autoridades no les han explicado cómo los apoyarán.
“Argumentan [las autoridades] que no hay dinero por el tema de la pandemia [de Covid-19], ni siquiera se han parado por aquí para ofrecernos un apoyo”, expresó Silvino.
Con las escenas que se podían observar ayer era imposible no recordar el año 2007, cuando el río Grijalva también se rompió y provocó que los niveles de agua subieran hasta tapar las casas.
La inundación de Villahermosa representó otro golpe para las familias que apenas estaban superando los efectos económicos del coronavirus. Todos los negocios en esta colonia se ahogaron y quién sabe cuándo vuelvan a abrir.
“Es triste ver lo que está ocurriendo, lo estamos perdiendo todo, tengo un negocio de antojitos y sólo alcancé a sacar algunas cosas. No tengo dinero para volver a invertir, sólo para comprar comida y quién sabe cuánto me dure”, dijo Magnolia López.
La noche de ayer, doña Magnolia durmió en el techo de su casa, acompañada de sus hijos y su esposo, sólo con unas cobijas para protegerse de las posibles lluvias que pudieran caer.
El temor de las inundaciones no sólo estaba entre quienes ya las estaban sufriendo, sino entre los que saben que tarde o temprano serán afectados.
Juan Armando Sánchez es uno de ellos. Estaba seguro de que tarde o temprano el río impactaría su hogar, pero decidió quedarse para evitar saqueos. “Nos rendimos, ¿qué vamos a hacer con la naturaleza?”, dijo.
Al manifestar que no había llovido tanto en Tabasco en los últimos 50 años, el presidente Andrés Manuel López Obrador aseguró que las inundaciones en Tabasco, Chiapas y Veracruz se están atendiendo, “ahí vamos saliendo adelante”, declaró.
“Se está ayudando en todo lo que se puede. Lo más importante es cuidar que no se pierdan vidas humanas, lo material se repone, lo más importante es la vida. Entonces, ahí vamos saliendo adelante”, detalló.
La coordinadora nacional de Protección Civil, Laura Velázquez, informó que 27 personas han muerto en Tabasco y Chiapas por las lluvias. Pedro Villa y Caña y Alberto Morales