Ciudad Juárez.— A lo largo de la avenida 16 de Septiembre, frente a la Catedral de esta ciudad, a diario se observa a un pequeño grupo de mujeres rarámuri que continúan la tradición de la venta de hierbas y medicinas tradicionales.
Sentadas sobre la banqueta, las mujeres empaquetan y acomodan los sobres que contienen diversas hierbas y ungüentos que venden a las personas que pasan por la zona.
Una de ellas, quien decidió omitir su nombre, comentó que es originaria de la Sierra de Chihuahua, pero los productos que vende los trae desde el municipio Cuauhtémoc.
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De acuerdo con lo que cuenta, hay días en que la venta es muy baja, pero en otros es alta, pues es la gente mayor la que ya conoce lo que venden e incluso quienes vienen desde El Paso, Texas, son los que más les compran sus productos.
En entrevista con EL UNIVERSAL la mujer rarámuri explica que muchas de las personas que compran sus productos es porque lo combinan con alguna medicina o porque desde pequeños tomaban alguna infusión de las hierbas que ellas ofrecen.
Desde tés para bajar de peso hasta remedios para la salud sexual
A decir de las mujeres rarámuris que aún venden estos productos en Ciudad Juárez, las personas buscan comprar ya sea un ungüento para el dolor muscular o un té para bajar de peso o quitar la gripe.
Por ello, entre sus productos se encuentran el té de boldo con el cual ayudan a quienes tienen problemas en el hígado y enfermedades crónicas en los riñones.
También tienen a la venta el té milagro, para atacar problemas del estómago, como la inflamación, gastritis o colitis, mientras que con el té gripil ayudan a quienes tienen asma, bronquitis o tos.
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En su lista aparecen aquellos remedios que ayudan a bajar de peso, además de la tizana sexual, que sirve para aquellos hombres que sufren de impotencia o debilidad sexual e incluso llega a servir para hombres y mujeres que tienen problemas de fertilidad.
La venta de productos es el sustento de las familias
Rosalinda Guadalajara, integrante de la comunidad tarahumara de Ciudad Juárez, Chihuahua, cuenta que la venta de hierbas sigue siendo el sustento de las familias rarámuris, quienes vienen de zonas de la sierra como Guachochi, Bocoyna y Cuauhtémoc, y que buscan seguir preservando sus tradiciones y raíces.
“Algunas de las mujeres siguen trayéndolos desde la sierra, en el tiempo de frío es cuando van a traer para vender en el centro o en tiendas naturistas. Aún traen costales de laurel, hierba de las víboras y otras, porque aquí hay escasez de esas hierbas”, dice Guadalajara.
De acuerdo con lo que explica, en la frontera lo que más piden los ciudadanos a los rarámuris son la hierba de la víbora, gordolobo, hierba de zorrillo y árnica.
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“Todo sigue siendo muy utilizable, porque la gente sigue refugiándose en hierbas medicinales porque los medicamentos a veces les causan otros síntomas o daños que las hierbas no. Aquí en la comunidad (tarahumara) toman el medicamento, pero lo combinan con las hierbas medicinales”, explica.
Además de vender sus productos en la zona centro de Juárez, también los llevan a algunas plazas comerciales o incluso a empresas maquiladoras en bazares o espacios donde se les permite vender las hierbas de su lugar de origen.