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Querétaro.— Aproximadamente en 2 mil 800 vehículos viajaron 12 mil connacionales que viven en Estados Unidos y que regresaron a México para festejar con sus familias la temporada decembrina; ayer salió la 17 Caravana del Migrante que partió de Laredo, Texas, y llegó a Jalpan de Serra en Querétaro.
A las tres de mañana, los migrantes provenientes de distintas ciudades estadounidenses se congregaron en la Arena Energy de Laredo, Texas, para iniciar su camino a México, donde el padre Aristeo, también organizador de la caravana, les dio la bendición a los paisanos y les deseó felices fiestas decembrinas.
Media hora después de la salida de Laredo, Texas, el nutrido convoy de camionetas cruzó por el puente fronterizo, donde ya los esperaban las autoridades mexicanas en Nuevo Laredo, Tamaulipas.
Escoltados por elementos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana de Querétaro, Unidades de Protección Civil, del Instituto Nacional de Migración, así como corporaciones de otros estados cercanos a Querétaro, los paisanos se apoderaron de la carretera haciendo rugir los motores de sus camionetas, en su mayoría repletas de regalos para sus familiares que ya los esperaban en sus lugares de origen.
A su paso por las carreteras estatales en San Luis Potosí y Querétaro, los paisanos recibían aplausos y saludos de su gente que les daba la bienvenida con música.
Al llegar al municipio de Jalpan de Serra, se escucharon las campanas de la iglesia del pueblo en señal de bienvenida y se ofreció una verbena popular, con antojitos mexicanos y la participación de grupos musicales.
Seguridad a los paisanos
El organizador de la caravana y fundador de la misma, Fernando Rocha Mier, dijo que el principal objetivo de este recorrido es proporcionar seguridad a las personas que regresan y además protegerlos de las extorsiones de las autoridades aduanales y policiales, “pero sobre todo de la delincuencia organizada”.
En el año 2010, enfatizó que se organizó la primera caravana debido a que los migrantes tienen el problema de que a su regreso a México son extorsionados en la frontera, tanto por los agentes aduanales como por las distintas policías.
