Ciudad Juárez.- Han pasado 12 años del asesinato de Marisela Escobedo a las puertas del palacio de gobierno de Chihuahua y todavía está muy lejos de tener justicia, asegura Ruth Fierro, representante legal de la familia Frayre Escobedo y directora del Centro de Derechos Humanos de las Mujeres ( CEDEHM).
Marisela fue asesinada el 16 de diciembre de 2010. El asesinato de su hija, Rubí Marisol , Frayre Escobedo, en 2008, la transformó en activista; inició una lucha que tenía como fin exigir justicia, al final esa batalla también le costó la vida.
Sus hijos no han obtenido justicia ni por su madre ni por su hermana, y desde el asesinato de Marisela se encuentran fuera de México, porque las autoridades estatales y federales no les han podido garantizar seguridad.
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Ruth Fierro señala que, actualmente, el caso de Marisela está en espera de que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos emita una recomendación para determinar la responsabilidad del Estado Mexicano, el cual no le garantizó seguridad a Marisela mientras buscaba la justicia por el asesinato de su hija.
“La situación se repite, como lo hemos dicho en otros años, en cuanto a la impunidad en general del caso y la seguridad de su familia. Desde 2019 presentamos la petición a la Comisión Interamericano, donde presentamos este proceso ante la falta de justicia en México… buscamos que sea un organismo internacional quien determine cuál fue la responsabilidad del Estado en esta impunidad y en esas condiciones que mantienen fuera [del país] a la familia”, explica Fierro en entrevista con EL UNIVERSAL.
Aunque desde su acompañamiento, asegura que la familia de Marisela no regresaría a México, lo que se busca con este recurso es denunciar las condiciones de inseguridad que se registraron y que llevaron al asesinato de Marisela y a que sus hijos se vieran obligados a salir del país.
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“La petición se presentó en junio de 2019, lo que se está pidiendo es que se analice la situación, los hechos, las pruebas que tenemos, para que se determine si el Estado Mexicano es responsable o no de lo que le ocurrió a Marisela. Quizás todos lo sabemos, porque conocemos la historia, pero lo cierto es que legalmente no ha habido nunca una resolución o un acuerdo formalmente que acepte que el Estado es responsable de eso”, expone.
Destaca que, con el resultado de esta solicitud, lo que se tendría son varias medidas de reparación para la familia, ya que se sabe que los resultados que da la Comisión Interamericana tienen que ver con que el Estado reconozca públicamente su responsabilidad, que se compense o indemnice a la familia en cuanto a gastos y prejuicios que les ha costado o que han vivido a partir de los hechos, entre otros.
“Estas organizaciones internacionales suelen determinar a los gobiernos que hagan lo que llamamos medidas de no repetición; es decir, una serie de acciones que pide la Comisión Interamericana para contribuir a que no se vuelva a repetir un hecho similar”.
El caso
La lucha de Marisela Escobedo comenzó cuando Sergio Barraza Bocanegra, asesinó a su hija Rubí Marisol Fraire Escobedo, en agosto de 2008.
Tras encontrar los restos de Rubí Marisol, enterrados en unas marranearas en el poniente de Ciudad Juárez, Marisela dio inició la exigencia de justicia, buscando que las autoridades detuvieran a Sergio Barraza.
Aún y cuando se logró la detención y el asesino incluso pidió perdón a Marisela en una audiencia de juicio oral en abril del 2010, los jueces Netzahualcóyotl Zúñiga, Catalina Ochoa y Rafael Boudib decidieron absolverlo y lo dejaron libre, fallo que generó la indignación de su madre, su familia, Ciudad Juárez y todo el país.
Después del fracaso de la justicia, la mujer inició manifestaciones en Chihuahua, que trascendieron a la Ciudad de México, junto con las madres de otras mujeres asesinadas en Ciudad Juárez, para buscar reunirse con el entonces presidente Felipe Calderón, pero nunca fue recibida.
Marisela exigía que se detuviera al asesino de su hija, a quien su familia ubicó en una vivienda en Zacatecas, y logró escapar.
Al regresar a Chihuahua, Marisela continuó alzando la voz por la justicia y llegó hasta al Palacio de Gobierno, donde exigió al entonces gobernador, César Duarte que se hiciera justicia para su hija, pero su voz fue apagada la noche del 16 de diciembre del 2010, cuando fue asesinada a balazos a la puerta del Palacio de Gobierno.
Ha faltado interés en dar justicia en el caso
Ruth Fierro considera que a las autoridades de Chihuahua les falta interés para poder, no sólo recordar el caso y que no vuelva a suceder, sino para darle una certeza a los hijos de Marisela de que existe justicia.
“Lo que le ha faltado al Estado, en su conjunto, ha sido interés para poder avanzar significativamente este caso. Y lo importante, y por lo que queremos llamar la atención, es que no es sólo el caso de Marisela, todavía hay muchas Mariselas que por sí mismas toman la justicia en sus manos, investigan por ellas mismas, se ausentan de sus trabajos para poder hacer las diligencias de investigación que los ministerios públicos no pueden hacer”, destaca Ruth Fierro.
Añade, que a la par de ello está el tema del desplazamiento forzado, por el cual la familia de Marisela sigue fuera de su país por la violencia a la que se vieron expuestos.
“El tema de la familia de Marisela, que se hayan tenido que desplazar también, es una constante en nuestro país y lo acabamos de ver con el hecho de que México no se tenga una cifra oficial, una idea clara y precisa para saber cuántas personas están desplazadas y poder atender el problema. Sigue siendo una realidad lo que le pasó a Marisela hace más de una década de su muerte y sigue siendo una realidad para muchas madres en este país”.
Marisela, una mujer fuerte y valiente
A 12 años de su asesinato, tanto la comunidad en Ciudad Juárez y en Chihuahua, así como grupos de activistas, recuerdan a de Marisela Escobedo como una mujer fuerte, valiente para llamar la atención en el caso de su hija.
“Marisela, por sobre todas las cosas, era una mujer valiente, y en esa valentía también entendía que era la forma en cómo tenía que amar a sus hijos e hijas. Por eso, frente a este hecho de perder la vida de Rubí, responde así, con valor, el amor, la terquedad y entereza para conocer qué fue lo que pasó y que hubiera una sanción adecuada”, expone la titular del CEDEHM, organismo que año con año la recuerdan en las puertas de Palacio de Gobierno en la ciudad de Chihuahua.
En su memoria, en la de Rubí y en la de cientos de mujeres que no han tenido justicia, recuerdan a Marisela con sus propias palabras: "Hasta el último aliento de vida que yo tenga voy a luchar para que se le haga justicia a mi hija".
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