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La caravana migrante de más de 7 mil centroamericanos, principalmente hondureños, avanza por territorio mexicano. Rezagados, cansados, golpeados, ampollados, pero el éxodo de migrantes que busca llegar a la frontera con Estados Unidos para pedir asilo político, sigue su paso.
Quienes encabezan la caravana desconocen cuándo llegarán a la Ciudad de México. Sin embargo, se espera que en el centro, de Ciudad México o Querétaro , la caravana se disperse y cada uno tome un camino hacia la frontera de México y Estados Unidos. Para los migrantes hay tres opciones: Nuevo Laredo, Tamaulipas, Ciudad Juárez, Chihuahua y Tijuana, Baja California, que es donde existen consulados norteamericanos para pedir asilo político en aquel país.
Médicos sin Fronteras trazó las tres posibles rutas de la caravana. En caso de que el éxodo de migrantes decida llegar a Tijuana, caminarían desde Querétaro, 2 mil 644 kilómetros y requerirían de 537 horas. De hacerlo en automóvil el tiempo para llegar sería de 29 horas. La ruta de Tijuana involucra pasar por Jalisco, Nayarit, Sinaloa y Sonora, antes de Llegar a Tijuana. En el trayecto hay por lo menos siete albergues para migrantes.
La ruta a Ciudad Juárez representa caminar mil 719 kilómetros en un tiempo aproximado de 332 horas. En transporte, el tiempo se reduciría a poco más de 18 horas. Pedir asilo en El Paso, la frontera con Ciudad Juárez, representa recorrer Guanajuato, San Luis Potosí, Aguascalientes, Zacatecas, Coahuila, Durango y todo el territorio chihuahuense. En el camino hay cuatro albergues identificados para migrantes.
En caso que los migrantes decidan acudir a la frontera de Nuevo Laredo con Laredo, tendrían que caminar mil 132 kilómetros en 235 horas y recorrer Guanajuato, San Luis Potosí, posiblemente Coahuila, Nuevo León y llegar al destino final. En transporte el tiempo se acortaría a 12 horas.
Dependiendo de la ruta que escoja cada migrante, habrán recorrido al menos 3 mil kilómetros desde San Pedro Sula.
Pocos lo lograrán
En 2016, el gobierno de Estados Unidos dio asilo a 2 mil 157 salvadoreños, mil 949 guatemaltecos y mil 505 hondureños, según el Informe de flujo anual de la Oficina de Estadísticas de Inmigración del Departamento de Seguridad Nacional de los Estados Unidos.
En Estados Unidos, cualquier ciudadano extranjero que llegue a un puerto de entrada, puede solicitar asilo, independientemente de su estatus migratorio. Los solicitantes obtienen el asilo de dos maneras: una se conoce como “afirmativamente” cuando es a través de un oficial de asilo del Servicio de Ciudadanía e Inmigración de los Estados Unidos (USCIS por sus siglas en inglés) y otras es “en defensa”, que es cuando se lleva un proceso ante un juez de inmigración.
En 2016, las solicitudes de asilo con un oficial de personas provenientes de estos tres países fue de 25 mil 801, mientras que ante un juez de migración fueron 39 mil 881 solicitudes en el mismo año.
En cuanto a la solicitud de refugio, según estadísticas publicadas del Departamento de Estado de la Oficina de Población, Refugiados y Migración (Department of State Bureau of Population, Refugees, and Migration por sus siglas en inglés), existe un techo de admisión de refugiados latinoamericanos y caribeños de mil 500 para este 2018, tres mil 500 menos que el límite posible en 2017.
En este año, al corte del 30 de septiembre según la publicación, ya se han admitido como refugiados a 955 latinoamericanos y caribeños. Se permitió la entrada de 826 centroamericanos; de El Salvador han sido 725, de Honduras 59 y de Guatemala 42, todos en estatus de refugiado. Además, entraron como refugiados 128 colombianos y una persona de Jamaica.
En 2017, según las cifras publicadas en la página del gobierno estadounidense, se aceptó la admisión como refugiados de mil 124 salvadoreños, 50 guatemaltecos y 104 hondureños.
Para el gobierno de Estados Unidos, una persona solicitante de refugio lo hace estando fuera de Estados Unidos, mientras que un solicitante de asilo lo hace dentro del país o llegando a un puerto de entrada, como lo harán los miles centroamericanos que van en la caravana migrante.
