Cancún.— Un informe realizado por la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) sobre el estado de las cavernas que están bajo las obras del Tramo 5 Sur del Tren Maya consigna el derrame de cemento, oxidación de pilotes, colapsos de techo y extracción de agua, entre otras irregularidades.
En un extracto del reporte, al cual EL UNIVERSAL tuvo acceso, se precisa la existencia de derrame de cemento en las cavernas Garra de Jaguar, Manitas, Ixtun, Openheimmer y Ocho Balas, “con motivo de la colocación e hincado de los pilotes que soportarán el viaducto elevado donde correrá el tren en el Tramo 5 Sur, cemento que se solidificó en las áreas secas y cayó en el cuerpo de agua presente en las cavernas afectadas”.
Este informe fue presentado por la Profepa ante el Juzgado Primero de Distrito, radicado en Mérida, Yucatán, como parte del requerimiento hecho por el juez Adrián Fernando Novelo dentro de la demanda de amparo promovida por ciudadanos de Playa del Carmen, municipio de Solidaridad, para la suspensión de las obras en el Tramo 5 Sur.
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Los quejosos obtuvieron una suspensión definitiva notificada en enero pasado, que sigue sin ser acatada por el gobierno federal, a través de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), encargada del tramo, ni por las empresas subcontratadas, a las cuales el juzgador extendió la instrucción de frenar las obras.
En su informe, fruto de la visita de inspección, la Profepa también corroboró el “proceso de oxidación” en el recubrimiento de los pilotes, el colapso del techo o bóveda de un cenote sin nombre y la modificación de las cuevas debido a la perforación para la instalación de los pilares.
Acreditó, además, la extracción de agua, “sin contar con autorización de la autoridad competente”; el relleno y sepultamiento con materia pétreo de cavernas sin nombre y presencia de restos de material derivado de perforaciones en el manto acuífero de otra caverna, entre otras violaciones a la condicionante 26 contenida en el resolutivo de impacto ambiental que la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) expidió a favor del proyecto en junio de 2022.
Un reporte escalofriante
Patricia Godínez, integrante de la organización Moce Yax Cuxtalt y del movimiento Sélvame del Tren, dijo que el reporte es “escalofriante”, porque es la confirmación de lo que se ha venido denunciando en cuanto a los daños a las cavernas, cenotes y acuífero.
Indicó que, además del desacato a la suspensión definitiva, las obras siguen y la afectación se expande.
“Con base en los hallazgos (...) en la visita de verificación, se advierte incumplimiento a lo establecido en la condicionante 26 [que tiene que ver con evitar contaminación y daños al sistema kárstico]”, agregó.
Tras recibir el informe de la Profepa, el juzgador emitió un acuerdo en el que expone lo siguiente:
“Se advierte con certeza suficiente que se están cometiendo daños al medio ambiente que podrían ser de difícil o imposible reparación, lo que obliga a este juzgador a mantener la medida precautoria [la suspensión] que hasta este momento sigue surtiendo efectos y, en ese sentido, no es posible ordenar su revocación como pretenden las autoridades responsables”, y ordenó una inspección judicial para acreditar el desacato a la suspensión definitiva.
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El biólogo y espeleobuzo Roberto Rojo expuso que los buzos, exploradores y guías de turistas que acceden a esas cuevas ingresan con cuidado para no dañar el ecosistema, y sin bloqueadores para no contaminar el agua.
“Y de pronto llega el gobierno y rompe y destruye las cuevas, destruye las estalactitas, contamina el agua. Ha sido una pesadilla el proyecto del Tren Maya”, reprochó.
En enero, EL UNIVERSAL informó sobre la colocación de pilotes en las cavernas y el 6 de febrero ambientalistas revelaron el derrame de cemento al interior de la caverna Garra de Jaguar.
Tras negar el hecho, el 11 de marzo el presidente Andrés Manuel López Obrador dijo había sido un accidente y que “ya se estaba arreglando”. Expertos indican que trabajadores martillan el cemento y lo recogen con cubetas.