Desde Sonora nos cuentan que a quien ya le echaron el ojo para intentar desprestigiarlo por la exposición que ha tenido al dar la información sobre la pandemia en el estado es al secretario de Salud, Enrique Clausen Iberri. Nos detallan que don Enrique es contador de profesión, pero se ha rodeado de grandes profesionales de la salud, lo que le ha valido para tener una buena aceptación social, aunque también, ser blanco de ataques de sus adversarios, pues muchos lo ubican como candidato a la gubernatura para 2021 o, mínimo, a alcalde de Guaymas. Nos relatan que la última fue una publicación falsa en la que aparece su nombre en una prueba toxicológica positiva de narcóticos, misma que don Enrique ya desmintió, y anunció que interpondrá una denuncia ante la fiscalía estatal para que se investigue el origen de estos ataques, puesto que la campaña negra en su contra ya va tomando otros caminos. ¡Pum!
Nos platican que, en Nuevo León, el PAN en el Congreso local está más que indignado, pues luego de que con el PT evitó que el gobernador Jaime Rodríguez Calderón y el secretario general de Gobierno, Manuel González Flores, fueran destituidos e inhabilitados por el caso de las firmas para la campaña presidencial, el gobierno de don Jaime —a través de la Secretaría de Salud— clausuró la sede legislativa por cinco casos de coronavirus, entre ellos, el de un diputado panista. Nos cuentan que, por lo pronto, el presidente de la Legislatura, el panista Juan Carlos Ruiz, señaló que al Congreso nadie lo clausura porque, de acuerdo con la ley, el recinto es inviolable y anunció que esta semana se convocará a un periodo extraordinario para tratar ese tema y, de paso, lo relacionado con el proceso sancionatorio a don Jaime y don Manuel. A ver de qué cuero salen más correas.
Otro Congreso donde las cosas no están fáciles, nos comentan, es el de Baja California Sur, ya que los jaloneos por el control administrativo siguen entre amparos y controversias constitucionales. Nos relatan que ahora los diputados de oposición (PAN, PES, PRI y PRD) pelean por la Mesa Directiva y las comisiones, como la de Cuenta y Administración, donde el diputado Rigoberto Murillo (PES) —acusado de un faltante de 300 mil pesos— insiste en mantenerse tras ser destituido, y se han caldeado tanto los ánimos, que hasta se mandaron cerrar las oficinas de Finanzas del Congreso local. Nos dicen que diputados de Morena intentaron ingresar y se toparon con seguridad privada, además de que empleados denunciaron que no les permiten ni entrar a retirar sus ahorros o solicitar préstamos, incluso dejaron de pagarle a cierto personal. El pleito, a la orden del día.
En Coahuila, nos cuentan, quien al parecer tiene las horas contadas en el gabinete estatal es el secretario de Infraestructura, Desarrollo Urbano y Movilidad, Gerardo Berlanga Gotés, y podría ser cuestión de días para que don Gerardo deje el cargo. Nos aseguran que hay mucha inconformidad con la actuación y los resultados que don Gerardo ha dado en la dependencia; para muestra está el hecho de que cada vez se le ve más alejado del círculo cercano al gobernador Miguel Riquelme Solís y ya ni en los eventos políticos de su ramo aparece. ¡Zas!