Culiacán.— La vida cambió para el matrimonio formado por Liliana Guadalupe y José el día que le diagnosticaron leucemia linfoblástica aguda a Karen Itzel, su hija menor de cuatro años de edad. Desde entonces, su tratamiento médico se ha convertido en un viacrucis.
Relatan que su primera reacción, fue sentirse derrotados, vencidos y temerosos que sus otros dos hijos — un niño y una niña— presentaran el mismo padecimiento, pero estudios médicos lo descartaron y a partir de ese momento se enfocaron en la lucha para salvar a Karen.
Dicen que ahora su angustia más grande se debe a la escasez de los medicamentos que requiere para su quimioterapia, por lo que continuamente recurren a familiares y amigos para sufragar su compra.
José Valencia, quien trabaja como custodio en el Centro de Internamiento para Adolescentes de Sinaloa, señala que no encuentra cómo garantizar que su pequeña de cuatro años reciba en forma puntual los tratamientos de quimioterapia que le aplican en la clínica del ISSSTE de esta ciudad.
Relata que ya en una ocasión la niña, preparada en el hospital para recibir su tratamiento, tuvo que regresar a su hogar sin recibirlo, debido a que en la farmacia del hospital no hubo varios de los medicamentos requeridos, y sus padres no tuvieron dinero para comprarlos.
Liliana Guadalupe, madre de Karen, no se rinde y, pese a las adversidades y su precaria situación económica, mantiene la fe y lucha por conseguir en el sector público las medicinas que necesita su hija para vencer el cáncer.
Garantizar el tratamiento requiere de una logística especial. Con un mes de anticipación, el médico les extiende la receta de las medicinas que le tienen que surtir en la farmacia, entre ellas, el metotrexato, por lo que tienen que estar pendientes, con las fechas de suministros que se tienen en el hospital, antes de que se agote.
Relatan que cada vez que el hospital del ISSSTE es abastecido de medicamentos, desde las cinco de la mañana se forman largas filas de personas, con recetas en mano, que deben esperar horas para ser atendidos. No todos tienen suerte, pues no siempre les abastecen el medicamento que requieren, o se agotan rápidamente.
La pequeña Karen Itzel está programada para recibir su próxima sesión de quimioterapia mañana martes. El fin de semana acompañó a sus padres a visitar, en el Congreso del Estado, al diputado local Fernando Mascareño Duarte.
El legislador local de Morena, se convirtió en su gestor de medicamentos y en algunas ocasiones promueve apoyos económicos para adquirir los costosos tratamientos que escasean en el ISSSTE.
A cinco meses de iniciado el tratamiento, los padres de Karen tienen confianza que la leucemia sea vencida en tres años.