Taxco, Gro.— En cada temporada decembrina, en Guerrero se venden aproximadamente 2 millones de plantas de Nochebuena, la inmensa mayoría provienen de otras entidades que pagan permisos por su comercialización a la familia Poinsett, en Estados Unidos.
Estas ganancias podrían quedarse en Guerrero, generar empleos y ser una alternativa para desplazar cultivos ilegales como la marihuana y la amapola.
En Taxco, desde hace una década, pobladores, productores, empresarios, académicos y científicos de distintas universidades del país constituyeron la Sociedad Mexicana de la Cuetlaxóchitl (SMC) para preservar, revalorizar y, sobre todo, volver a apropiarse de esa flor nativa que, hace dos siglos, el primer embajador de los Estados Unidos en México, Joel Robert Poinsett halló en los altares de la iglesia de Santa Prisca y se la llevó.
En EU, Poinsett la registró sin decir que era mexicana y la llamó la flor de Nochebuena; desde entonces se universalizó como la flor de la Navidad.
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Poinsett heredó a sus hijos la patente y éstos han registrado todas las especies y todos los nombres que tiene en el mundo.
Sin embargo, se les olvidó patentar el nombre prehispánico, como los antiguos de Taxco conocían la flor antes de que la hallara Poinsett: Cuetlaxóchitl.
En 2008, la SMC patentó el nombre prehispánico y comenzó un trabajo de preservación material y cultural de la flor.
Han recolectado semillas de las plantas silvestres más antiguas de Cuetlaxóchitl en los barrios, colonias y comunidades de Taxco. La más primitiva es una de 100 años que está en el hotel Posada Misión. De ahí han sacado las semillas madres para preservar la pureza y lo silvestre de la Cuetlaxóchitl.
Entre la Cuetlaxóchitl y la Nochebuena de Poinsett hay diferencias: la primera es silvestre, mientras que la otra de vivero; la prehispánica es permanente y la otra fue manipulada para que sea temporal.
Alejandro Villarejo Hernández, integrante de la SMC, considera que la Cuetlaxóchitl podría convertirse en el cultivo de temporada más importante para Guerrero, pues tiene las condiciones ideales para su producción.
Villarejo explica: “El cultivo de la Cuetlaxóchitl podría desplazar los cultivos ilegales, como el de la amapola, que ahora ya casi no es rentable; para la flor hay un mercado que debemos aprovechar y la ventaja de Guerrero es que tiene su propia patente”.
Guerrero es de los principales productores de amapola en el país, pero desde hace unos tres años, con la incursión en EU de la droga sintética, la chinawhite, el precio del kilo de opio se derrumbó: pasó de 18 mil a 4 mil pesos.
El precio y la falta de apoyo institucional derrumbaron la economía de muchos campesinos de la región de la Montaña y la Sierra: provocó desplazamientos, éxodos de pueblos enteros.
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Pese a todo, no se ha dejado de sembrar. En la Sierra son por lo menos unos 50 mil los pobladores que tiene como principal actividad el cultivo de amapola.
El valor de la flor prehispánica
El trabajo de los últimos 12 años de la SMC ha sido sembrar, pero ya han cultivado algunos frutos. Hace tres años, la Cuetlaxóchitl fue declarada patrimonio cultural tangible de Guerrero. Se le reconoció como una flor utilizada por los chontales para ofrecer tribuno al emperador Moctezuma y para ofrecer cultos.
La idea es replantar en Taxco la planta, para que como en el tiempo de los antiguos, la flor esté en todas la casas de manera permanente y no sólo en diciembre.
Pero el proyecto también es que la Cuetlaxóchitl se instale en los campos, que su producción sea a gran escala, que compita con otros estados.
“La Cuetlaxóchitl tiene que llegar a los productores de abajo, a los de a pie, a los campesinos de verdad”, dice Jorge Segura, presidente de la SMC.
Como parte de este plan, la SMC instaló el banco de germoplasma de la Cuetlaxóchitl.
A 15 metros de profundidad de la mina prehispánica que descubrieron hace seis años bajo el hotel Posada Misión, que se presume que no fue tocada por los españoles, está el banco de semillas Vicente Guerrero.
Ahí la SMC, la Universidad de Chapingo y la Asociación Nacional de Jardinería y Arreglo Floral guardan semillas de la Cuetlaxóchitl y otras flores.
En especial resguardan el germoplasma de la Cuetlaxóchitl. Estas semillas las han donado a campesinos de distintas comunidades de Taxco para que comiencen con su siembra y así la multiplicación de la flor.
Jorge Segura explica que para que la Cuetlaxóchitl se produzca a gran escala se requiere un proceso de investigación, apoyo institucional y económico.
Actualmente, la Universidad de Chapingo realiza investigaciones para hallar cualidades medicinales de la Cuetlaxóchitl, dice Jorge Segura.
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Además de las líneas medicinales, se han realizado investigaciones con la pigmentación de la Cuetlaxóchitl, y hace unos años se logró sacar de sus hojas una pintura color rojo quemado para textiles. También se experimenta en la gastronomía.
Sin embargo, hay un retraso en la producción industrial de Cuetlaxóchitl: “Chapingo está trabajando en lograr una Cuetlaxóchitl de sol que pueda ser más atractiva comercialmente, que pueda competir con las híbridas que traen de fuera, hay un mercado abierto, por lo menos queremos que Taxco consuma su propia flor”, comenta Jorge Segura.
Actualmente, se trabaja para que la Cuetlaxóchitl tenga un porte más bajo y no sea tan variada, sin que pierda su esencia, que siga siendo de sol.
Para Alejandro Villajero, integrante de la SMC, se requiere de mucha inversión económica, pero sobre todo, de talento: de las autoridades, de los productores y de los académicos para potencializar la flor.
Un solo productor
Taxco tal vez no sea el origen único de la Cuetlaxóchitl, hay registros de que su territorio endémico va desde Sinaloa hasta Panamá, pero Taxco sí es la referencia histórica más clara de donde salió para universalizarse como símbolo de la Navidad.
La mitad de la producción de Mario desde hace años se usa para la flor de Cuetlaxóchitl monumental que se monta en el zócalo de Taxco, la otra mitad vende.
Este año, el gobierno municipal decidió hacer una flor de palma y Mario no pudo vender la mitad que siempre vendía y, por la pandemia, asegura, “le está costando mucho sacar la flor”.