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El presidente Andrés Manuel López Obrador admitió ayer que el delito de extorsión es una asignatura pendiente.
En la conferencia mañanera, el mandatario federal presumió que su gobierno logró bajar los indicadores en delitos como homicidios dolosos, secuestro o robo de vehículos; “sin embargo, la extorsión es como una asignatura pendiente”, dijo.
“El único delito donde no hemos podido lograr una disminución es en extorsión”, admitió.
Sobre los casos de extorsión registrados en Coatzacoalcos, Veracruz, donde el pasado 7 de julio fueron incendiados dos restaurantes por negarse a pagar “la cuota”, el Presidente refirió que el gobernador Cuitláhuac García le informó que ya detuvieron a la banda de extorsionadores.
“En el caso de Coatzacoalcos se va avanzando, ya debe haber un cambio”, dijo.
La extorsión es un problema que se registra en gran parte del país. Grupos criminales de Guerrero, Morelos, Michoacán, Zacatecas, Veracruz, Estado de México y Guanajuato, entre otros estados, exigen “pago de piso” a productores, empacadores, transportistas, comerciantes establecidos y vendendores informales de todo tipo de mercancías, productos y servicios.