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Cuernavaca.— En la década de los 90, sin recursos ni conocidos, el entonces recién electo presidente municipal de Yecapixtla Rafael Sánchez Vargas (1991-1993) aspiró a difundir la imagen de su pueblo en Televisa y primero acudió con Paco Stanley, a quien había conocido en un bar de ese municipio.
El conductor dirigía el programa Ándale y cuando supo de la intención del edil Rafael Sánchez Vargas le pidió pasar con Juan El Gallo Calderón para la elaboración de un presupuesto. Le cotizó en un millón 200 mil pesos el minuto de publicidad en el programa.
“Era mucho porque el ayuntamiento tenía un presupuesto de un millón de pesos anuales y por supuesto que no alcanzaba para nada”, recuerda Sánchez Vargas.
Pero mantuvo el ánimo y a los dos días regresó con Stan-ley y llevó en la mano una canasta con el principal producto del municipio: la cecina. El paquete incluía carne enchilada, queso y crema.
Entregó la canasta y eso le valió una entrevista de cuatro minutos con Paco Stanley en el estudio de Televisa Chapultepec. “¿Y ahora cómo le hago para ver a Verónica Castro?, preguntó el edil a Stanley”. Esa es otra cosa, le contestó.
Sánchez Vargas intentó ingresar alrededor de 13 veces al programa de La movida, que conducía Verónica Castro, para pedir tiempo en televisión, pero no lo logró.
En la última ocasión llevaba la canasta de cecina y sus aditamentos, pero el programa tuvo un cambio e impidió el ingreso del público, así que dejó su obsequio y su tarjeta de presentación a la recepcionista del estudio para entregarla a Castro.
A los tres días su hijo Heladio Sánchez recibió una llamada telefónica de la actriz y dijo que buscaba al alcalde que había dejado la carne.
Habló con Fanny Schatz, que era representante de Castro, y enseguida la comunicaron con Lourdes Dávila, secretaria particular de la actriz y con Verónica, quien le hizo un pedido especial para una comida con ejecutivos.
“Yo se la llevo”, contestó el edil. “Es que es muy difícil entrar a Televisa”. “No se preocupe, yo se la llevo”, insistió Sánchez Vargas.
“Cuando llegué a la recepción pregunté por el número de personas que había en el despacho de don Emilio Azcárraga Milmo”.
“Esto es para usted”, le dijo a la recepcionista y pidió entregarle el pedido en persona al empresario.
La secretaria entró a la oficina y en un acto de atención salió el propio dueño de Televisa a su encuentro.
“Señor, esto es un presente de mi pueblo, Yecapixtla”, le dijo Sánchez Vargas.
“Presidente, esta es su casa”, contestó Azcárraga e instruyó para que lo llevaran a conocer las instalaciones de Televisa San Ángel y después con Verónica Castro, al foro 11 de Televisa.