Chilpancingo.— Han pasado 12 días desde que se publicaron las primeras fotografías y audios de la reunión que sostuvo la alcaldesa de Chilpancingo, la morenista Norma Otilia Hernández Martínez, con un presunto líder criminal.
Desde entonces la violencia en Chilpancingo se desató, seis choferes del servicio público fueron asesinados y durante cuatro días la ciudad se hundió en el miedo y se paralizó. Por horas, unos 2 mil habitantes de pueblos del bastión de la organización criminal Los Ardillos irrumpieron en la capital sin que nadie lo impidiera.
Cuando parecía que la situación estaba controlada se divulgó un segundo video de su encuentro con el presunto líder criminal.
Ante esa situación, la alcaldesa aseguró que no se iría. Ahora, sin embargo, la presión para que se separe del cargo va en aumento.
Desde el gobierno del estado y su partido político, Morena, ya lanzaron la idea de que debe pedir licencia.
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Ella aún se resiste: “Renunciaré sólo si la fiscalía concluye que soy culpable”, dijo ayer en conferencia de prensa.
Este lunes, Hernández Martínez se presentó a su habitual conferencia de prensa. Lucía impecable: recién peinada, recién maquillada y con un traje a la medida. Pero sus gestos no lucían igual, se le notaba cansada, sin la energía de otras ocasiones y cuidando mucho sus palabras (no como lo había hecho antes) cuando se le preguntaba por la crisis en la que está metida.
La conferencia estaba programada para hablar de perritos y parques, pero los cuestionamientos fueron inevitables. Todo lo respondió, pero a medias y sin el rasgo de seguridad que mostraba hace unos días.
Esta vez no se atrevió a decir que todo estaba bien y no la tumbarían, como se escuchó en un audio que su equipo filtró a la prensa.
El secretario general de Gobierno de Guerrero, Ludwig Marcial Reynoso Núñez, hace unos días pidió a la alcaldesa que “analice” la posibilidad de separarse del cargo para que la Fiscalía General del Estado (FGE) lleve a cabo la investigación que inició la semana pasada, según informó la propia fiscal, Sandra Luz Valdovinos.
Lo mismo le pidió el dirigente de Morena en Guerrero, Jacinto González Varona.
Cuando le preguntaron si había una crisis en su relación con la familia Salgado, en referencia a la gobernadora, Evelyn Salgado, y su padre, Félix Salgado Macedonio, la alcaldesa se limitó a hablar de la relación institucional entre su gobierno y la administración estatal. No se atrevió a decir si ha hablado de esta crisis con la mandataria o con el dirigente de Morena.
En esta ocasión no se atrevió a decir que cuenta con su respaldo, sino que señaló que pedir su separación del cargo es algo ilegítimo.
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“Lo único que puedo pensar es que estas opiniones no son legitimadas por la ley, primero porque los puestos de elección popular son irrenunciables; en cualquier puesto de elección de cualquier índole no hay renuncias, son licencias y quienes ocupamos un espacio de esta envergadura sabe que esto solamente la autoridad competente es la que debe determinar después de procesar y sustanciar el debido proceso”, expuso.
En estos días, la gobernadora ha tenido por lo menos tres eventos oficiales en los que se ha notado la ausencia de la alcaldesa Norma Otilia Hernández Martínez.
De hecho, desde hace 12 días sus actividades públicas han sido cuatro: dos conferencias de prensa, la asistencia a un evento social en Acapulco y un recorrido que realizó por las calles y mercados de Chilpancingo para “mostrar” que en la capital había gobernabilidad, pese a que la ciudad estaba desolada.
Quienes también piden su separación del cargo son las dirigencias del PRD y PAN. Incluso, el partido del sol azteca advirtió que solicitará al Congreso de Guerrero inicie un juicio político contra la alcaldesa.
Pero no sólo está en crisis la edil, Chilpancingo también. Los asesinatos no paran, desde hace días se vive con zozobra; por ejemplo, los taxis no pueden dar el servicio en toda la ciudad y sólo lo hacen en zonas cercanas al Centro para evitar el riesgo de ser atacados.