El Grupo de Operaciones Especiales (GOPES) entraron a la casa de las familias Aguilar y Liceo en Reynosa, Tamaulipas, luego que acusaron que la policía de realizar un montaje.
publicó las declaraciones de los familiares de los dos jóvenes señalando tortura y que fueron incriminados por los delitos de secuestro y probable participación en la masacre del 19 de junio donde un comando armado atacó a civiles en Reynosa.
“Ya tumbaron las puertas, fueron a buscarnos.”, explica la madre de Ramiro. “Estábamos (denunciando) en Derechos Humanos . Estamos bien asustados. Tumbaron la puerta. Los candados y todo”, afirmó.
La hermana de Alfonso explicó que “no estamos en esa casa por miedo a represalias . Tiraron ahí, tienen toda la calle (ocupada)”.
El padre de Ramiro narró que “me abrieron la casa. Se llevaron cosas de mi casa. No me puedo parar ahí, ¿no? Yo temo por la integridad de mi familia y de mi hijo. Para proteger a mi hijo. Necesita una ayuda. Espero que el Presidente de la República nos ayude”.
Ambos jóvenes, Alfonso y Ramiro, fueron secuestrados meses antes de su presentación por las autoridades como probables responsables.
Los padres explican que cuando pudieron hablar con ellos en prisión les mostraron los golpes recibidos, y les explicaron cómo los obligaron a disparar armas y abrir un auto y tocar el volante.
EL UNIVERSAL habló con el Fiscal General de Justicia de Tamaulipas, el doctor Irving Barrios, que señaló que no tenía conocimiento de los hechos.
“No sé de dos (personas con denuncia de desaparición). Lo voy a revisar. Nosotros lo que hemos logrado tener precedente en situaciones parecidas, es que esta gente, de repente, como anda en ciertas actividades, y se presenta, y una forma de curarse en salud, si me permite el término, es poniendo antecedente que fueron privados de la libertad, para el momento en que llegarán a detenerlos algunas autoridades se hagan pasar como víctimas”.
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