Mapastepec.— Medio millar de agentes del Instituto Nacional de Migración (INM) Ejército Mexicano y Guardia Nacional (GN) intentaron ayer, sin éxito y por segunda ocasión, desmantelar la caravana migrante que partió de Tapachula el sábado. Aunque lograron detener a poco más de un centenar de personas, casi todas mujeres con niños y algunos hombres, la mayoría evadió el operativo.
Cerca del poblado Sesecapa, a unos 10 kilómetros de Mapastepec, decenas de agentes federales antimotines encapsularon a un grupo de hombres, mujeres y niños, que han recorrido a pie unos 100 kilómetros, bajo temperaturas de 40 grados.
Los migrantes arrojaron piedras al contingente de federales para evitar que se acercaran, mientras avanzaban a paso acelerado y obstruyendo la carretera con piedras y troncos.
El primer grupo de hombres fue sometido por agentes migratorios, apoyados por la Guardia Nacional, y esposados con cintas pláticas. Las mujeres imploraban no ser detenidas. Todos insistían en que no merecían ser tratados como delincuentes, y que sólo querían salir de Tapachula, donde se vive una saturación de extranjeros debido a la burocracia en los trámites de las solicitudes de refugio.
Las detenciones se deban entre gritos y llantos de niños, que veían cómo sus padres se resistían a ser detenidos.
Al llegar a la entrada del poblado, ya los esperaba otro cerco, pero unos 200 migrantes lograron huir hacia el otro lado de la carretera y avanzaron a la cabecera municipal de Mapastepec, donde pasaran la noche.
Los detenidos fueron subidos a autobuses para ser llevados hacia El Ceibo, en la frontera de Tabasco con Guatemala.
Este lunes, una segunda caravana, integrada por otros 400 migrantes salió por la mañana de Tapachula. Se tiene previsto que una tercera caravana salga este miércoles.
El Instituto Nacional de Migración (INM) suspendió de sus funciones a dos de sus agentes federales por su “actuación indebida” en el operativo contra migrantes, en la carretera Tapachula-Arriaga, el sábado pasado.