El gobernador de Baja California, Francisco Vega de Lamadrid y el alcalde de Tijuana, Juan Manuel Gastélum realizaron ayer un recorrido en el fraccionamiento Lomas del Rubí, a casi una semana de que colapsaran 89 viviendas por un deslizamiento de tierra.

El hundimiento afecta unas tres calles de la colonia, en las cuales las casas, algunas habitadas desde hace 30 años, prácticamente se partieron por la mitad. Según cifras de Protección Civil municipal hay 354 personas afectadas: 245 adultos y 109 niños, quienes tuvieron que abandonar sus casas y pasan la noche en la calle o con vecinos y familiares.

En el recorrido Vega de Lamadrid informó sobre la instalación de una mesa de trabajo con autoridades de ambos niveles y diferentes áreas, para analizar qué le compete a cada institución, desde investigar los permisos de construcción hasta que se haya respetado la correcta ejecución de la obra por parte de la empresa Grupo Melo.

Los dueños de las casas señalan a la fraccionadora de hacer cortes al pie del cerro y construir en la falda y la cima del mismo, por lo que la secretaría de Desarrollo Urbano espera que geólogos del Centro de Investigación Científica y de Educación Superior de Ensenada (Cicese) concluyan un estudio geotécnico para determinar si la empresa tomó precauciones en esos nuevos trabajos para no afectar a los residentes.

En entrevista con EL UNIVERSAL el alcalde de Tijuana explicó que el municipio acondicionó el albergue Las Cascadas, para que pernoctaran los afectados, y se les ofreció 10 mil pesos para el pago de una renta provisional, pero ninguno aceptó pues “no se quieren retirar del lugar por miedo a que les roben sus pertenencias”.

El edil aseguró que el ayuntamiento ofrecerá asesoría legal a quienes perdieron su vivienda, pues se espera que sea un litigio “muy largo”. “Se está integrando el expediente para determinar en qué falló la empresa y proceder a las demandas judiciales”, concluyó.

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