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Juchitán de Zaragoza, Oax.- Junto a una mesa de madera que sostiene dos peroles y tres palanganas rebosantes de arroz, frijoles, chiles rellenos y piezas de pollo empanizado, con el mandil en el pecho, Guadalupe Vásquez Felipe quedó inmortalizada en el mural de su vivienda ubicada en la colonia popular Colosio, en el norte de esta ciudad zapoteca.
Al otro extremo de la ciudad, sobre la fachada de una vivienda dañada por el terremoto del 7-S realza el rostro de José Sánchez Hernández, con sombrero de palma y un paliacate rojo. Da la apariencia de que vigila el paso de los transeúntes en el barrio de la Cuarta Sección, donde en vida fue popularmente conocido como Che Neya.
Ambas imágenes, la de Guadalupe y José, forman parte de un proyecto impulsado por la Dirección de Arte Urbano del ayuntamiento, que pretende pintar 100 murales de personajes y oficios en las fachadas de viviendas y de poblaciones que pertenecen a este municipio, como La Ventosa, La Venta, Chicapa de Castro y Álvaro Obregón.
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El popular Che Neya falleció en marzo de 2013. En vida se desempeñó como comerciante, vendía otates y horcones para construir enramadas, también comerciaba maíz y mezcal. Su rostro quedó guardado para la memoria desde el año pasado, cuando los muralistas de la Dirección de Arte Urbano lo consideraron un personaje en la vida de la sociedad juchiteca.
Para Juchitán, 100 murales
Cien murales para Juchitán, explica el director de Arte Urbano del ayuntamiento, Jesús Vicente Lagunas, tiene como antecedente el trabajo que desde 2011 realizaron los colectivos Bini Laanu (Nuestra Gente) y Chiquitraca, integrado por jóvenes que crecieron en el grafiti y después alcanzaron el nivel de muralistas.
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De acuerdo con Vicente Lagunas, los murales restantes se van a elaborar en las agencias de Chicapa de Castro, Álvaro Obregón, La Ventosa y La Venta. “La idea de los murales, además de que embellecen el entorno de las viviendas, siempre nos va a recordar que en Juchitán hay oficios productivos y personajes que dan y han dado lo mejor para la sociedad”, comenta.
En 2011, los integrantes de los colectivos Bini Laanu y Chiquitraca comenzaron a elaborar dichos murales sin el apoyo de ninguna autoridad.
En ese año, recuerda Vicente Lagunas, conocido como Gotha, alcanzaron a realizar 15 obras por la falta de recursos económicos. Lamentablemente, dice, la mayoría de esos trabajos se perdieron con el terremoto del 7-S.
Denuncian exclusión
“Han contratado a personas sin la trayectoria muralista. Yo tengo más de 20 años y me siento excluido. Creo que los recursos públicos deben incluir a todos”, refiere.
Poetalatas, con más de 200 murales pintados en diferentes puntos de la geografía nacional, revela que por ahora está concentrado en la elaboración de murales en la vecina comunidad zapoteca de Unión Hidalgo.
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Ese proyecto, cuenta David Orozco, va a continuar con sus propios recursos porque los gobiernos municipales no involucran a todos los artistas: “Pese a todo, nadie detendrá nuestro trabajo, aunque yo quisiera que se apoyara a todos los muralistas para que cuenten en sus obras la vida de nuestros personajes y sus oficios”, dice.
“Sentimos orgullo”
Inmortalizada su imagen como vendedora de alimentos, Guadalupe Vásquez Felipe no oculta su alegría y orgullo: “Claro que me siento feliz. Mis hijos están contentos y mis vecinos quedaron sorprendidos cuando los muchachos terminaron de pintarme al lado de la mesa y los trastes que me acompañan desde hace años”, comenta.