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Monterrey.- Con drásticos cambios de rutina, temor y hasta compras de pánico, ayer iniciaron los cortes de agua potable programados en la Zona Metropolitana de Nuevo León, que buscan resolver la crisis en el suministro, que empezó a presentarse desde hace semanas por el agotamiento de las presas La Boca y Cerro Prieto.
Los recortes, que serán aplicados a uno o varios municipios al día, se realizarán a través de una logística que consistió en dividir en siete sectores la Zona Metropolitana estatal y que estuvo a cargo de la empresa descentralizada del gobierno, Servicios de Agua y Drenaje.
Ayer, los primeros en quedarse sin agua desde las nueve de la mañana fueron vecinos de Ciudad Guadalupe y algunos sectores de San Nicolás de los Garza y Apodaca.
Tan sólo en Ciudad Guadalupe, la alcaldesa Cristina Díaz informó que, en el primer día de los recortes, fueron afectados habitantes de 363 colonias, y para el próximo domingo, cuando la suspensión temporal del servicio será en Juárez, más al oriente de Monterrey, serán afectadas 197 colonias.
Sin embargo, en vísperas de los cortes, hubo familias que almacenaron de más, provocando baja presión donde no la había, por lo que algunos usuarios como Alicia Cervantes, vecina de la colonia Lomas de Tolteca en Guadalupe, consideraron que la estrategia del gobierno estatal podría ser contraproducente, pues cuando se restablezca el servicio, algunos estarán tentados a “desperdiciar” el líquido que habían guardado.
Pero lo cierto es que desde hace semanas se han presentado problemas de suministro en las partes más altas y alejadas que se localizan al poniente y norte de esta mancha urbana donde residen 5.7 millones de habitantes.
El director de la empresa Servicios de Agua y Drenaje, Juan Ignacio Barragán, admitió que el problema de “falta de presión”, obedece a que el anillo de transferencia por el que se abastece a la zona conurbada, dejó de recibir la misma cantidad de agua desde las presas La Boca y Cerro Prieto, que hasta el 16 de marzo, sólo tenían almacenamiento para 8 y 23 días, respectivamente.
Esta situación provocó que las colonias más alejadas de las redes y tanques de distribución y que además se localizan en partes más elevadas, no tuvieran presión suficiente en sus llaves, o de plano se quedaron sin agua durante varias horas o incluso durante dos o tres días.
Ante el anuncio de los cortes programados, la población realizó auténticas compras de pánico de botes, baños y cubetas, además de habilitar cualquier recipiente para guardar agua, situación que aprovecharon algunos comerciantes para encarecer dichos utensilios, pues por ejemplo un bote de plástico con capacidad para unos 70, u 80 litros, habitualmente utilizado para echar la basura doméstica, que se vendía en 150 pesos, ahora se cotiza en 600 pesos.
En días pasados incluso se generó una especie de psicosis, al grado que el director de Agua y Drenaje tuvo que recalcar en una transmisión vía redes sociales del gobierno estatal, que Nuevo León no se quedaría sin agua, porque algunos niños expresaban a sus padres ese temor.
Y en vísperas de los cortes programados, hubo familias que almacenaron de más, provocando baja presión donde no la había, por lo que algunos usuarios como Alicia Cervantes, vecina de la colonia Lomas de Tolteca en Guadalupe, consideraron que la estrategia del gobierno estatal podría resultar contraproducente, pues una vez que se restablezca el servicio, algunos habitantes estarán tentados a “desperdiciar” el líquido que habían guardado y no utilizaron, como se ha visto en experiencias anteriores.
En su caso dijo Doña Alicia, sólo guardó lo indispensable, confiada en que el suministro se restablecería la noche de este martes.
Algunos cambiaron sus rutinas para adecuarse al programa de ahorro, como dos albañiles que construyen una vivienda en la colonia Nueva Exposición en Guadalupe. Como estaban enterados de la suspensión temporal del servicio, emplearon el día para el armado de los castillos de varilla y alambre, que después recubrirán con los vaciados de concreto.
Otras vecinas de la colonia Azteca, comentaron que en esta situación de desabasto reciclan el agua de la lavadora para echarle al sanitario y trapear.
En este contexto, el gobernador Samuel García, hizo un llamado a la Conagua del gobierno federal, para que le ayude a convencer a las empresas privadas que tienen concesionados pozos profundos, para sus procesos productivos, que cedan parte de sus excedentes a fin de aliviar el déficit en el suministro de la zona metropolitana, que se estaría complicando en próximas semanas, si no hay lluvias importantes.
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