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Monterrey, NL.- Los restos de los migrantes salvadoreños , Oscar Alberto Martínez. de 25 años de edad y de su hija, Valeria Martínez Ávalos, de 23 meses, que el pasado domingo murieron ahogados en el río Bravo, al tratar de cruzar hacia Estados Unidos, salieron de Matamoros, Tamaulipas, poco antes de las tres de la tarde de este jueves, a bordo de una carroza fúnebre, para ser llevados al aeropuerto de esta ciudad, de dónde posteriormente serán llevados por vía aérea a San Salvador.
La tragedia causó conmoción mundial, al difundirse imágenes de padre e hija abrazados, bocabajo, y ya sin vida, a orillas del río Bravo.
Ahora se dimensiona la tragedia porque de los tres integrantes de la familia salvadoreña, que partieron de su tierra el pasado 3 de abril, con la ilusión de llegar a Estados Unidos, sólo regresa con vida, Tania Vanessa Avalos, de 21 años de edad, esposa de Oscar Alberto, y madre de la pequeña Valeria.
Se intentó obtener información del consulado general de El Salvador en esta ciudad, pero canalizaron hacia un área del gobierno central en el país centroamericano, que declinó proporcionar detalles, alegando que la propia familia pidió privacidad, y aseveró que desconocían cuando serían repatriados los restos, pero que con seguridad no sería este jueves.
Pero los hechos indicaban otra cosa, pues el miércoles, los restos de padre e hija, fueron llevados del Servicio Médico Forense de Matamoros hacia una funeraria de la misma ciudad donde serían embalsamados para su traslado por tierra hasta el aeropuerto de Monterrey.
Con el acompañamiento de una patrulla de la Policía Federal, el traslado lo realizó una carroza fúnebre placas ZKN-10-93, del estado de Nuevo León.
Ante la muerte de sus compatriotas al pretender alcanzar el “sueño americano”, el mandatario de El Salvador, Nayib Bukele, publicó en su cuenta de twitter, que dio instrucciones a su equipo para que además de los gastos funerarios y de traslado, también se ayude económicamente a la familia afectada por la tragedia, en este caso la señora, Tania Vanesa, de 21 años de edad, esposa y madre de los fallecidos, que sobrevivió al ser rescatada por otro migrante salvadoreño.
Asentó Bukele: “esta tragedia nos debe recordar que debemos de construir un país donde migrar sea un derecho y no una obligación”.
A su vez la ministra de Relaciones Exteriores del país centroamericano, Alexandra Hill, hizo un llamado a sus compatriotas para que desistan de sus intentos de migrar irregularmente hacia otros países, y eviten poner en riesgo sus vidas, y en especial la de sus hijos menores, “en esa peligrosa ruta”.
Igualmente exhortó a la población a no dejarse engañar por quienes se dedican al tráfico de personas, y advirtió que éstos serán perseguidos “con todo el peso de la ley”.
La canciller salvadoreña de igual manera, exhortó a la población de su país a no dejarse engañar por quienes se dedican al tráfico de personas, y a la vez advirtió que quienes se dedique a esa actividad ilícita, serán “perseguidos con todo el peso de la ley”.
Por otra parte, la ministra Hill informó que El Salvador y México están trabajando para garantizar que no se sigan violando los derechos humanos de las y los migrantes centroamericanos, al tiempo que la cancillería, está reforzando todos los servicios consulares “para darle la atención debida e inmediata a nuestros compatriotas”.
La canciller explicó que están realizando gestiones ante las autoridades mexicanas para que sea esclarecida la muerte de María Senaida Escobar, la joven migrante salvadoreña, de 19 años de edad, que murió por disparos de arma de fuego, el 14 de junio en el Estado de Veracruz, México, y asimismo sean repatriados sus restos.
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