Chilpancingo.— Guerrero ha tenido un inicio de año violento para las mujeres; cinco fueron asesinadas, en casos que podrían tratarse de .

Uno de ellos es el de Leuteria Reyes Benito, quien fue asesinada el 5 de enero por su exesposo.

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La historia de Leuteria

En marzo de 2024, Leuteria se separó de su esposo, un policía del municipio de Alcozauca, en la Montaña de Guerrero.

No soportó la violencia física, verbal y sociológica que ejerció sobre ella el hombre que fue su pareja durante 10 años.

Cuando se fue, el hombre le impidió que se llevara a sus cuatro hijos. Leuteria intentó por la vía legal recuperarlos, pero no lo logró.

Un juez determinó que la custodia de los hijos sería compartida pero que vivirían con el exesposo porque ella no tenía empleo ni casa, no podía sostener a sus hijos.

Leuteria participó en la campaña del actual alcalde de Alcozauca, Crispín Agustín Mendoza (Partido del Bienestar Guerrero), le pidió trabajo y la convirtió en policía municipal. Ahí su expareja la acosó, se burló de ella, la discriminaron.

Después de contarle todo al alcalde y la síndica, la cambiaron a la Dirección de Tránsito. El acoso continuó pero se mantuvo, necesitaba el empleo para demostrar que podía sostener a sus hijos.

Así lo hizo hasta el domingo 5 de enero, cuando su expareja la asesinó. No tuvo piedad, pues 30 veces le enterró un cuchillo.

Leuteria logró llegar viva al hospital de Tlapa, el único en toda la región, pero murió.

La mujer era ñuu savi, tenía 31 años, originaria de la comunidad de Cruz Fandango, municipio de Alcozauca. Era madre de cuatro hijos, el más pequeño de cuatro años.

La abogada del Centro de Defensa de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan, Neil Arias Vitinio, explica que casos como el de Leuteria son recurrentes en la Montaña. Mujeres que piden ayuda ante la violencia machista y no son escuchadas por las autoridades.

“La forma tan cruenta de cómo la matan es que había mucho odio, mucho rencor hacia ella como mujer, fueron más de 30 lesiones que le ocasionaron en el cuerpo, las lesiones perforaron el pulmón, el tórax”, explica la abogada.

“La situación que ella previamente había denunciado, de violencia, es algo muy recurrente en la Montaña. Muchas de las víctimas que quieren prevenir una violencia extrema acuden ante una instancia de gobierno. Muchas mujeres han acudido ante la síndica, el síndico, ante el Ministerio Público para pedir medidas de protección, y no se les escucha”, señala Arias Vitinio.

Comenta que la desatención que tuvo el ayuntamiento de Alcozauca fue permanente. Detalla que a Leuteria no le pagaban el salario completo y lo que cobraba se lo entregaba a su exesposo para la manutención de sus hijos.

“Por su situación de pobreza, el señor no le permitió que se llevara a sus hijos. Le dijo: ‘Yo me quedo con los hijos, tú te vas, veniste sola’, eso es muy común en la Montaña, ‘llegaste sola y sola te vas’. Ella estuvo luchando para comprarse un terreno y vivir con sus hijos, tenía intención de llevárselos. Vino a Tlapa a pedir ayuda ante instituciones para que la apoyaran a recuperar a sus hijos.

“Este problema de recuperar hijos (...) es muy común en la Montaña y muy costoso, porque forzosamente tienes que contratar servicios de abogados para que promuevan esos juicios, que cuestan unos 80 mil pesos, y muchas mujeres en la Montaña no cuentan con el dinero”, explica la abogada.

Arias Vitinio alerta de la situación de violencia feminicida que se registra en Alcozauca.

Explica que, de acuerdo con un monitoreo que realiza Tlachinollan en ese municipio, en los últimos meses se registraron cinco feminicidios, además de varios matrimonios forzados y desapariciones de mujeres.

“Estas personas [los agresores] que cometen estos hechos lo hacen en lugares marginados donde no hay intervención inmediata de las autoridades, porque cuando denuncian una desaparición lo primero que dicen es que se fue con el novio o algo así”, advierte la litigante.

Cinco feminicidios en lo que va del año

En los primeros nueve días de 2025 la entidad registra ya cinco asesinatos de mujeres, que en su mayoría tienen características para señalarlos como feminicidios.

La mañana del 1 de enero, en Iguala, fue asesinada una enfermera a golpes. La hallaron bajo un vehículo en una brecha de terracería. Fue identificada como Ana, tenía 35 años y era madre de dos niños.

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Al día siguiente, en Acapulco, fue privada de la libertad otra enfermera, Maura Alicia Campechano Hilario, de 42 años. Un día después fue hallado su cadáver flotando en la isla de La Roqueta.

En Zihuatanejo, una mujer fue asesinada a tiros, y luego mataron a Leuteria, el 5 de enero.

El 8 de enero fue hallada muerta Marisol Rendón Salgado, secretaria general de la sección 74 del Suspeg en el ayuntamiento de Chilapa. Un día antes fue privada de la libertad, en el centro de Chilapa.

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