Ciudad Hidalgo.— La mañana de ayer, a bordo de tres balsas construidas con neumáticos de tractor y tablas ingresaron a territorio nacional 28 migrantes extracontinentales por el río Suchiate, que sirve de división política entre México y Guatemala.
A las 7:00 de la mañana zarpó una primera balsa de Tecún Umán, Guatemala, con 13 pasajeros africanos, entre ellos 11 hombres y dos mujeres, quienes en menos de 10 minutos desembarcaron en tierra mexicana.
Minutos después otra improvisada embarcación arribó con 10 pasajeros, entre ellos tres menores de edad, y posteriormente llegó la tercera, con cinco migrantes —un hombre, dos mujeres y dos menores—.
De acuerdo con balseros, el ingreso de migrantes extracontinentales, cubanos y centroamericanos es común y se registra a cualquier hora del día, aprovechando la nula vigilancia de parte de las autoridades migratorias y de la Policía Federal (PF).
“Aquí se puede ver a los grupos de migrantes pasar de las 2:00 de la mañana hasta las 5:00 o 6:00 de la tarde, aprovechan porque no hay vigilancia”, aseguró uno de los balseros.
Los migrantes que llegan a territorio mexicano se suman a los más de mil que desde hace tres semanas acampan afuera y en los alrededores de la estación migratoria en espera de ser ingresados para solicitar el oficio de salida que les permita continuar su viaje al norte del país y pedir refugio al gobierno de Estados Unidos.
Más de mil ya obtuvieron el documento luego de una espera de casi dos meses, mientras que otro número similar espera ser beneficiado con el oficio que les ordena abandonar México por cualquiera de las fronteras, lo cual es aprovechado por los migrantes para hacerlo por la frontera norte.
Pelean en albergue. En Tamaulipas, cinco migrantes africanos corren el riesgo de ser deportados por protagonizar una pelea en el Albergue Municipal de Nuevo Laredo, donde agredieron a policías estatales y a personal que realizaba un censo.
José Martín Carmona, director del Instituto Tamaulipeco para el Migrante, relató que el problema se generó debido a que los extranjeros se negaban a ser censados, por lo que atacaron al personal y tuvo que intervenir la policía estatal. Los desmanes provocaron que al menos dos mujeres africanas se desmayaran.
El funcionario explicó que en todos los albergues se realizan censos periódicamente para saber a cuántas personas se atiende y conocer sus lugares de origen.