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Ciudad Hidalgo.— Unos 450 migrantes provenientes de El Salvador arribaron a esta localidad fronteriza con México y aceptaron entregarse a las autoridades migratorias mexicanas para sujetarse a un prerregistro que les permita solicitar refugio o una visa humanitaria.
De acuerdo con el vocero del contingente, Juan Bonilla, este grupo se integra por unos 450 hombres jóvenes, adolescentes y mujeres con algunos niños en brazos, que el 28 de octubre salieron de El Salvador huyendo de la pobreza y la violencia.
El migrante salvadoreño explicó que algunos de los integrantes de esta tercera caravana tienen como objetivo llegar a Estados Unidos y otros solicitar refugio en México.
Comentó que autoridades mexicanas les ofrecieron ingresar de forma legal y segura por el puente fronterizo Rodolfo Robles, lo que las dos primeras caravanas rechazaron por temor a que fueran deportados.
Afirmó que las autoridades les explicaron que harán un prerregistro y se revisará que no tengan antecedentes penales en su país de origen, para luego ser llevados a un albergue.
Arribo a Tapachula. Los integrantes de la caravana de migrantes que el pasado lunes cruzaron caminando el río Suchiate arribaron a Tapachula, tras recorrer por casi seis horas unos 27 kilómetros desde el poblado de Frontera Hidalgo.
El contingente inició la caminata a las cuatro de la mañana del poblado de Frontera Hidalgo, en Chiapas.
Durante la travesía un bebé de escasos cinco meses fue atendido por paramédicos de Protección Civil, debido a que presentaba fiebre, sin que pasara a mayores.
Los migrantes partieron de Santiago Niltepec a las 5:00 horas de este martes hacia Juchitán, aunque más de 500 llegaron desde la tarde del domingo al albergue que la autoridad municipal acondicionó en la abandonada Central Camionera de Segunda Clase. Sin embargo, en el camino, el megacontingente se fue dispersando y algunos tomaron hacia los municipios istmeños de Matías Romero y Ciudad Ixtepec.
La Dirección de Protección Civil Municipal en Juchitán contabilizó 3 mil 600 migrantes en el albergue, de los cuales 900 son niños.
“Hemos hecho el llamado una y otra vez a que el sistema de protección de la niñez, tanto estatal como federal y municipal, se aboque a su cuidado. Un niño puede deshidratarse rápidamente y estar en peligro su vida”, alertó Corzo.
