Representantes de 110 sobrevivientes de la matanza de Acteal integrados en la Organización de la Sociedad Civil “Las Abejas” pidieron ser atendidos por el presidente Andrés Manuel López Obrador en Chiapas , a donde acudirá “según anunció” con motivo de la toma de posesión del gobernador de Chiapas, Rutilio Escandón Cadenas (Morena), “ para que escuche y se haga justicia a muertos y sobrevivientes”.
En una carta pública a López Obrador suscrita por los tzotziles Vicente Luna Ruíz, Antonio Gómez Pérez, Mariano Luna Ruíz y Francisco Gómez Pérez, le expresan que al igual que lo hizo con las madres y padres de los estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa, a los pocos días de asumir la presidencia de la República, atienda pronto y de manera seria e integral el expediente de la matanza de Acteal, donde fueron asesinados 45 lugareños.
No queremos que siga la impunidad ni la insensibilidad de los gobiernos priístas y panistas “que nos han mantenido excluidos de la justicia y de una vida digna”, argumentan.
El documento enfatiza que el objetivo de la reunión para entregar al presidente de México un documento sobre la matanza de Acteal y que escuche a los sobrevivientes, es para buscar un mecanismo conjunto de solución y reparación integral basado “en la verdad y la justicia”.
Las Abejas recuerdan a López Obrador que el próximo22 de diciembre se cumplirán 21 años de la matanza de Acteal, desde entonces , para nosotros la vida no ha sido fácil, pues muchos hermanos sobrevivientes y familiares de las víctimas han fallecido esperando “verdad y justicia”; otros más se encuentran en grave situación de salud” por ello “ tememos por nuestros hermanos sobrevivientes que por falta de una justician integral sufran mayor deterioro en su salud física y psicológica”, advirtieron.
Afirmaron que esa situación no es exagerada. Citan el caso de la tzotzil Zenaida Pérez Luna, quien cuando niña sobrevivió a la matanza con tan solo 4 años de edad.
“Zenaida quedó herida de un impacto de bala en la cabeza, perdió el campo visual, lo que hace que lleve una vida difícil, ya que quedó huérfana junto con su dos hermanas Roselia y Ernestina Pérez Luna al morir sus padres en la matanza, donde fueron asesinados 45 tzotziles”, mientras rezaban en un templo de ese comunidad del municipio de Chenalhó.