Indígenas mayas de Campeche, Yucatán y Quintana Roo
se pronunciaron en contra de diversos megaproyectos -entre ellos el Tren Maya- que intentan desarrollarse en la Península, a costa de la propiedad de sus territorios, en detrimento de la salud de numerosas poblaciones locales y en perjuicio de la conservación de sus recursos naturales.
La postura de siete colectivos de los tres estados y de 33 líderes y lideresas ejidales, ocurrió durante el Encuentro Maya Peninsular de Resistencias en Defensa del Territorio , realizado en Dziuche, municipio maya de José María Morelos, en Quintana Roo.
Ahí, coincidieron en que además de despojarlos de sus tierras para el desarrollo de esos mega proyectos, se deforestan sus selvas, se contaminan sus cuerpos de agua, se afectan actividades productivas como la apicultura, se contaminan los alimentos, se generan problemas de salud y se les arrebatan su cultura y tradiciones.
“No es nuevo que maten nuestras abejas, que avasallen nuestros montes, ni que violen nuestros derechos; lo que sí es nuevo es que nos ha nacido la voluntad por defender lo que nos queda de territorio. Hoy está naciendo un movimiento en la Península de Yucatán”, afirmó Pedro Uc, activista y profesor radicado en Mérida, Yucatán.
Uc, indicó que entre los acuerdos de algunos pueblos indígenas, está el no vender, ni rentar sus tierras, porque la tierra es como una madre que da de comer y da vida. “Y quien renta a la tierra y vende la tierra, es como quien vende a una madre, y pues no tiene madre”, sostuvo.
En la lista de mega proyectos o actividades amenazantes para sus comunidades, mencionaron la megagranja porcícola de Homún, Yucatán, que pone en riesgo la calidad del agua de un importante anillo de cenotes.
“Estamos alzando la voz en defensa del agua”, afirmó José May Echeverria, de Guardianes de los Cenotes de Homún.
También, en ese estado, el mega proyecto de Parque Solar, en San José Tipceh, Muna, en donde se pretende deforestar más de 800 hectáreas de selva para la colocación -a una calle del pueblo- de un millón 227 mil páneles solares, lo que generará ondas de calor que causarán graves enfermedades y hará del sitio “un poblado fantasma”, en cinco años.
Además, se incluyó al Tren Maya, al que se calificó como un “tren de atropello”, que pretende beneficiar a particulares y no a las comunidades indígenas de los estados que integran el circuito turístico programado, para el cual -presuntamente- se contará con capital de empresas de China, que pretenden extraer la madera de las zonas forestales de la región, específicamente de Calakmul.
“En Campeche, en donde va a iniciar el Tren Maya, los chinos van a adquirir -si no es que ya la adquirieron- cantidades de terrenos (…) lo primero que traerá el Tren Maya, es un enorme capital chino”, indicó Alberto Cahuich, integrante del recién conformado Consejo Indígena Maya de José María Morelos , que fue presentado en el marco del Encuentro Penínsular de Resistencias.
Cahuich, se quejó de que la consulta nacional sobre el Tren Maya fue una farsa y afirmó que la mayoría de los participantes, “no conocen ni el proyecto”.
En el listado de actividades amenazantes, se habló de la deforestación provocada por comunidades menonitas, para la siembra de soya transgénica en Hopelchen, Campeche y en Bacalar, Quintana Roo.
En el primer caso, la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) prohibió el uso de semilla transgénica , pero sigue utilizándose. Además, se realizan fumigaciones aéreas de esos cultivos, lo cual ha provocado enfermedades en la piel, cáncer y abortos prematuros, de acuerdo con Feliciano Ucan, Everardo Chablé y Guadalupe Ec.
Alicia "N", promotora en salud, añadió que los análisis hechos, arrojan contenido de glifosato -un herbicida altamente tóxico- en la sangre y orina de la población y en el agua de la zona. “Nadie se salva. Todos estamos contaminados, porque comemos veneno”, dijo.
Jóvenes apicultores expusieron el caso de las fumigaciones que provocaron la matanza masiva de abejas en el ejido Candelaria, en José María Morelos, Quintana Roo y en Dzonot, Carretero, en Yucatán, en donde además se generaron enfermedades diversas en la población.
El comisario ejidal, Alberto Medina, explicó el caso de la imposición de un área natural protegida denominada “Sistema Lagunar Chichancanab” , que pretende despojar de sus tierras y de la laguna al ejido Dziuche, en José María Morelos, Quintana Roo.
La directora del Consejo Civil Mexicano para la Silvicultura Sostenible Península de Yucatán, Sara Cuervo, indicó que ven con preocupación la multiplicación de “proyectos de muerte”, como minerías, parques eólicos, granjas porcícolas, actividades turísticas, entre otros, que atentan contra el territorio y violentan los derechos de las comunidades, amenazando sus territorios.
Cuervo, citó las palabras de un ejidatario de nombre Porfirio Hernández, para explicar cómo empresarios, coludidos con autoridades, siguen “vendiendo espejitos, a cambio de piedras brillantes” a indígenas y campesinos en la región.
Las piedras brillantes -dijo- son la laguna, los recursos forestales, la biodiversidad, la tierra; los espejos, -continuó- son los programas, los proyectos, los apoyos.
Para exponer cada uno de los megaproyectos que están en litigio, algunos de ellos, frenados gracias a la acción ciudadana y la organización de las comunidades locales, participaron en el Encuentro, el Colectivo Maya de los Chenes, de Holpechen, Campeche; el Consejo Regional Indígena Maya de Bacalar, Quintana Roo; el Colectivo Ka’ana’nt’sonot -Guardianes de los Cenotes- de Homún, Yucatán.
También, indígenas de San José Tipceh, Muna y de Dzonot Carretero, Tizimin, Yucatán; de los Ejidos Candelaria I y Dziuche, en José María Morelos, Quintana Roo, así como 33 líderes y lideresas de 13 ejidos de José María Morelos y de las cooperativas de USAEC-Calakmul, Campeche; “Caleña”, del ejido San Felipe Oriente y “Meliponas de Oriente”, en Quintana Roo.
Marcelo Chan, advirtió que para evitar perder la identidad, la cultura y la lengua maya, ante estas nuevas formas de invasión y colonización -como llamaron a los megaproyectos- se requiere de organización y unidad, mientras que Raquel Flota, subrayó que no están en contra de la modernización, el desarrollo o los cambios, sino en la forma impositiva y violatoria de sus derechos.