Al cumplirse un año del asesinato del reportero Maximino Rodríguez Palacios en Baja California Sur, persisten las inconsistencias entorno a la investigación , coincidieron periodistas en el estado.

La Asociación de Reporteros Sudcalifornianos (ARSAC), a través de su presidente, Pedro Mazón Benitez, señaló que aunque se presentaron detenidos , pero no se tiene información de sentencias ni de autores intelectuales .

Afirmó que el gremio de comunicadores en la entidad continúa esperando los resultados de la investigación y sobre todo, dijo, las garantías necesarias para el libre ejercicio de la profesión .

“Se detuvieron a presuntos culpables, pero no sabemos si hay un a utor intelectual o alguna banda delictiva que está detrás de ellos. Lo mismo en el caso de Miroslava Breach, compañera que trabajó también en Baja California Sur y fue asesinada en circunstancias parecidas en Chihuahua, y en el de todos los compañeros que han sido asesinados en el país. Es una realidad muy dura y más ver que no hay claridad en los hechos”, expresó.

Mazón Benitez señaló que es importante la unidad de los comunicadores, la profesionalización y el compromiso con la sociedad para que ella misma se sume a la exigencia de justicia y reconozca como fundamental la tarea periodística .

Por su parte Cuauhtémoc Morgan, director del blog de noticias Colectivo Pericú, medio para el cual colaboraba Max Rodríguez, dijo que pese a la presentación de detenidos en junio del año pasado “no se han visto resultados satisfactorios”, pues no existen sentencias .

"El asesinato de Max cimbró al estado al ser el primero en su tipo, es decir, el homicidio de un comunicador a consecuencia de su labor", dijo.

Añadió que en un primer momento, se había pensado incluso en dejar de operar el blog de noticias, pero conforme pasaron los días, determinaron seguir trabajando en memoria de su colaborador.

“Es una gran ausencia. Fue un duro golpe para nosotros y no sólo para el medio, sino para el gremio porque por encima de su trabajo. Max tuvo una entrega cálida y genuina, como compañero y amigo, y preservó ese espíritu de unidad. Fue motor de ánimo para no decaer, sobre todo para quienes estaban cubriendo la nota roja en esos momentos de crisis en el estado”, expresó.

Eliseo Zuloaga, reportero en la localidad, señaló que la exigencia de justicia continúa, pues la información de detenidos dejó solo “una satisfacción a medias”.

“¿Dónde están los autores intelectuales? Ese círculo no se ha cerrado. Esa carpeta está ahí y la autoridad no ha resuelto el tema de fondo".

Agregó que tras el asesinato de Max Rodríguez se requiere un protocolo de seguridad para los comunicadores , y que tendrá que salir del propio gremio porque no se advierte, dijo, “un compromiso de la autoridad para garantizar seguridad ”.

“Los medios podemos levantarnos y trabajar, y puede no temblarnos la voz para seguir informando, pero deseamos y esperamos que a la autoridad tampoco le tiemble la mano para aplicar la ley, para que este caso no quede impune”, puntualizó.

El 14 de abril de 2017, Max Rodríguez fue acribillado cuando se encontraba en el estacionamiento de una plaza comercial , momentos antes de descender de su automóvil. Tenía 72 años e iba con su esposa, quien sufrió una crisis nerviosa y resultó con problemas de audición .

El 1 de junio de ese año, autoridades estatales en conjunto con la Fiscalía Especial para la Atención de Delitos cometidos contra la Libertad de Expresión informaron de la detención de tres personas, Juan “N", José “N” y Sergio “N”, presuntamente vinculadas con el homicidio del comunicador . Luego informaron de otros dos detenidos, Luis “N” y Manuel “N”. En septiembre se les vinculó a proceso.

Max Rodríguez

llegó de a La Paz en 1970, procedente de Irapuato en donde empezó su carrera periodística. Trabajó como reportero para radio y televisión, y fue corresponsal de medios nacionales como El Heraldo y Excelsior. También trabajó como vocero en el Tribunal Superior de Justicia del estado y en la Procuraduría de Justicia del estado. Tenía un par de años jubilado de la televisora local cuando en 2014 comenzó a colaborar con columnas y la cobertura de nota roja para el blog informativo Colectivo Pericú, fecha en que se desató la violencia ligada a grupos criminales en BCS.

En alguna entrevista que concedió a un medio local, Cultura y Comunicación (CULCO), Max Rodríguez reconoció que había recibido amenazas telefónicas. La organización Artículo 19 confirmó que tras una revisión, se identificaron también amenazas en la red, derivado de la publicación de sus columnas.Esta tarde, familiares, amigos y colegas, participarán de una misa y se reunirán en el panteón Jardines del Recuerdo, donde se encuentran los restos del comunicador.

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