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Chilpancingo.— Los Santos Difuntos comenzaron a llegar a La Montaña de Guerrero.
La noche del jueves los pobladores de la comunidad nahua de Atlamajalcingo del Río, en Tlapa, salieron a las calles a recibirlos, como es su tradición.
En la entrada norte del pueblo las familias salieron a las aceras a esperar a sus difuntos; colocaron sus ofrendas con panes, frutas, tamales, chocolates y velas.
De acuerdo con la tradición, las velas las prendieron hasta que llegaron los difuntos, lo cual ocurre al final de la misa y los rezos, según la creencia.
En Atlamajalcingo del Río la celebración de Día de Muertos comienza desde el 27 de octubre con el recibimiento de los difuntos. El día 28 ofrendan a los que murieron por un accidente o fueron asesinados.
Ancestral, sin origen claro
Esta es una tradición de la que ningún poblador sabe bien cuándo comenzó, porque es muy antigua y ha pasado de generación en generación.
Los pobladores aseguran que hace mucho el recibimiento se realizaba en el panteón del pueblo, pero al ser una tradición ancestral con el tiempo se ha ido modificando.
El primer cambio que sufrió fue debido a la influencia de la Iglesia católica y ahora es una celebración ecléctica, con rasgos indígenas y occidentales.
El otro cambio surgió de una leyenda: según cuentan, hace muchos años un hombre murió, pero a las dos horas volvió a la vida. Este hombre le contó al pueblo que los muertos no llegaban al panteón, sino a la entrada norte del pueblo, y por eso ahora se les marca el camino.
Desde entonces, todos los 27 de octubre en Atlamajalcingo del Río se sale a las calles a recibir a sus difuntos.
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