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Juchitán. – Poco más de tres mil migrantes que forman parte del Viacrucis caminan en caravana sobre la carretera Panamericana están en San Pedro Tapanatepec. Ante los ojos de la autoridad municipal, están como invisibles. Nadie los ve y nadie los oye, a pesar de que son casi la mitad de la población nativa que vive en la cabecera.
Los poco más de tres mil migrantes, con muchas mujeres y demasiados niños, se dispersaron en donde pudieron localizar una sombra, en las calles, junto a las misceláneas, en el pequeño parque y en la salida de la población porque ahora no les habilitaron un espacio donde descansar tras una agotadora caminata de ocho horas para cubrir 41 kilómetros desde Arriaga, Chiapas.
Con la llegada de los extranjeros a Tapanatepec, las tiendas de abarrotes están vendiendo de todo: agua, refrescos, galletas, panes, y frituras, en las calles, pese a los 33 grados de calor, hombres y mujeres de la población venden desayunos y comidas, como piezas de pollo, tostadas, tortas, empanadas, aunque no todos compran. Muchos solamente saborean y observan en silencio.
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Poco antes del mediodía, integrantes de una congregación religiosa llegaron al pequeño parque y repartieron tortas y agua. No tardaron porque de las ávidas manos a la boca desaparecieron los panes.
La gente viene con sed y hambre, pese a ello, tuvieron fuerzas para buscar llaves de agua y lavar la ropa. En algunos casos, pagaron por el agua para bañarse.
El río Novillero, que atraviesa a San Pedro Tapanatepec, caudaloso en otros años, ahora está seco. Por esa razón, los integrantes del Viacrucis andan de casa en casa, preguntando cuánto les cobran para que usen los servicios sanitarios, para asearse y lavar la ropa.
El parquecito del centro es un colorido tendero de faldas, blusas, cobijas, pantalones y camisas, secándose bajo el radiante sol.
Agentes del Instituto Nacional de Migración (INM), elementos de la Guardia Nacional y funcionarios de Protección Civil, que acompañan al Viacrucis, están atentos a las órdenes que reciben y a los acuerdos que van tomando los migrantes en sus acaloradas y ríspidas reuniones.
Mientras tanto, el Grupo Beta del INM, entrega agua, suero, galletas y latas de atún a los extranjeros.
Los migrantes van a pernoctar esta noche en San Pedro Tapanatepec, ¿Dónde?, donde les agarre la noche, en una acera, en el parque, bajo un árbol, en un patio, con la panza vacía y seguramente dormirán a pierna suelta porque están agotados, y mañana, quizá en la madrugada, inicien el trayecto de 25 kilómetros a Santo Domingo Zanatepec.
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mahc/cr