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“Sin miedo al huracán, pero los nervios se contagian”

Patricia Mendoza, turista de la CDMX, nunca ha vivido la experiencia de un fenómeno meteorológico en costas mexicanas. Ahora se prepara para recibir al huracán "Delta" en Cancún

Foto: Especial
06/10/2020 |16:36Ignacio Vallejo |
Redacción El Universal
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Cancún.- Con la incertidumbre de pasar su primer huracán en una costa, la de Cancún, Patricia Mendoza se alista para el paso del huracán “Delta” —que ya alcanzó la categoría 4— en casa de sus sobrinas.

La maestra de yoga aprovechó este martes para surtirse de los suministros más básicos.

Patricia llegó el jueves pasado, procedente de la Ciudad de México, para disfrutar unos días en Cancún. Y ya el sábado vivió su primera experiencia con un fenómeno meteorológico, cuando la tormenta tropical “Gamma” tocó esa costa del Caribe mexicano.

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“Estuvimos en la habitación del hotel, pero pues fue algo normal, tranquilo. Llovía ocasionalmente y, aunque las ventanas estaban selladas, en una rendija de las ventanas se escuchaba el chiflido que hacía el fuerte viento que soplaba, pero no pasó nada”, cuenta.

Este martes, dejó su hotel fue a hospedarse con su sobrinas en el mismo , tras enterarse por Facebook de que el huracán "Delta" ha subido a categoría 4 y se dirge a esas costas.

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Lo primero que hicieron ella y sus sobrinas fue ir por víveres para al menos dos días. Compraron lo básico, lo que se puede cocinar sin mucho problema, y se surtieron de gas y agua potable.

“Compramos víveres básicos como carne, pollo, leche, azúcar, agua, refrescos, fruta, verdura y, bueno, también algunas botanas y pastelillos y cosas para pasar las horas si se va la luz”, detalla.

Mendoza nunca ha vivido un huracán en una zona costera y, aunque asegura que no le da miedo, reconoce que al ver a otras personas nerviosas se contagia del estrés.

“A mí no me da miedo, pero sí te da algo de nervios porque oyes algunos comentarios por ahí. En la mañana que abandoné el hotel, se escuchaban algunos comentarios de la gente y se veía al personal del hotel moviendo las cosas para prepararse. Afuera, en las calles, se veían filas en las gasolineras, en las tiendas de autoservicio y en las estaciones del gas; sobre todo en los lugares para surtirse de lo básico”, explica.

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“Por ejemplo, tan sólo para comprar un cilindro de gas, mi sobrina tuvo que hacer una fila de dos horas y media, pues mucha gente es lo primero que sale a buscar”, añade.

Comenta que del hotel a casa de su sobrina no vio ningún operativo especial de las autoridades ni perifoneo de prevención, pero sabe que el gobierno del estado informó de la suspensión de actividades laborales y escolares a través de las redes sociales

Patricia planea permanecer en Cancún hasta mediados de octubre y, si es posible, recorrer hasta Mérida. Pero la última palabra la tendrá “Delta”.

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afcl/jcgp

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