Chicxulub.— A lo largo de su historia como pescador, José Manuel Ojeda ha visto muchos huracanes y tormentas tropicales que han amenazado las costas de Yucatán.

En todos los casos se ha resguardado, pero en esta ocasión decidió permanecer en su casa, construida a base de láminas de cartón y en terrenos cercanos a la ciénega, para cuidar el patrimonio que apenas empieza a tener: una motocicleta, un refrigerador y una televisión de 45 pulgadas que está pagando.

El hombre envió a su esposa, Gloria, y sus dos hijos, de 16 y 18 años de edad, a su natal Chicxulub Pueblo, a unos kilómetros del puerto, para que se protegieran del paso de Delta, que pegó el miércoles en tierras yucatecas.

En entrevista con EL UNIVERSAL, el pescador, quien usa una pequeña embarcación ribereña para buscar el sustento diario, señala que no tuvo miedo de permanecer en su casa, ya que “alguien tenía que cuidar sus cosas”. También narra que, obligado por el mal tiempo que dejó la tormenta tropical Gamma, y ahora Delta, lleva más de 10 días sin salir hacia alta mar.

Por ello, señala, desea que el clima mejore, puesto que, aunque actualmente provee a su familia con sus ahorros, éstos se agotan.

“Ojalá mejore el tiempo, que no haya más huracanes y podamos ir a pescar. Muchos somos los que dependemos de la pesca diaria”, explica.

El saldo de los daños

En Yucatán, el huracán Delta impactó de lleno como categoría 2 al oriente del estado y ocasionó inundaciones, caída de árboles, así como suspensión del suministro eléctrico. El saldo fue, además, una persona fallecida, quien cayó desde su segundo piso mientras aseguraba las puertas de su predio, ante los fuertes vientos del fenómeno.

Según reportes oficiales, en la zona costera de Yucatán poco más de 6 mil personas recurrieron a los albergues ante el riesgo de que sus viviendas se inundaran, así como por los fuertes vientos que trajo el huracán, que tocó la entidad la mañana de ayer.

Asimismo, se registraron lluvias torrenciales en la ciudad de Mérida, entre las 11:00 de la mañana y las 13:00 horas, con una duración sostenida de dos horas y vientos con rachas de 60 kilómetros por hora.

Sobre la persona fallecida, se detalló que se trató de Roger Arturo, de 65 años, quien murió en el Hospital San Carlos, de Tizimín.

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